La creación artística como motor de la Ribeira Sacra

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Carlota Pérez creó hace cuatro años Sacra Experiencie, un espacio en el que programa actividades de formación y desarrollo cultural en la comarca lucense

07 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Lanzar un proyecto en el medio rural vinculado al ámbito cultural es un reto por partida doble y es lo que ha hecho Carlota Pérez en Chantada, creadora de una iniciativa empresarial que ya va por su cuarta edición y que está en proceso de expansión. Sacra Experience tiene su base en plena Ribeira Sacra y su propia impulsora lo define como un co-living artístico, un espacio para la creación que aúna una parte formativa, expositiva y otra de intercambio de conocimientos.

Coreógrafa, bailarina e historiadora del arte, Carlota Pérez creó hace 21 años la compañía ExperimentaDanza y, desde los años noventa, ha desarrollado su carrera en el ámbito de la gestión cultural. Con la pandemia, decidió establecerse en la comarca lucense, una decisión que puede considerarse el origen de Sacra Experience, unida a su larga trayectoria en el ámbito artístico gallego. Su objetivo es «poner en valor un espacio único como la Ribeira Sacra, sus productos y su gente», a través del arte como «factor vital en la construcción y fortalecimiento, tanto de los lazos sociales y de la comunidad, como de la identidad individual y personal», sostiene.

Sacra Experience se articula en torno a varios elementos. En primer lugar destaca Sacra Forma, unos talleres formativos artísticos con referentes del panorama cultural, que se programan durante todo el año (a excepción de los meses de enero y febrero, en los que se organiza esa programación); Patricia Moro, Mercedes Peón, Janet Novás u Oliver Laxe son algunos de los profesionales que imparten sesiones programadas de aquí al verano. En segundo lugar, Sacra Festival, un festival multidisciplinar en espacios únicos no convencionales, donde se unen las degustaciones de vino con el arte y la cultura.

Por último, la Terraza de Pincelo, un espacio de restauración a pie del río abierto para todo el público, donde se pueden degustar productos locales y diferentes vinos de la zona, y que dispone de una zona de venta para clientes. Y es que esta es otra de las claves de este negocio emprendedor: favorecer al auge del entorno: «Todos los productos que usamos son locales y tratamos de involucrar al máximo a los habitantes de la zona en las actividades», enfatiza. Cita como ejemplo su proyecto La pequeña Labauhaus, un programa que nació hace una década en A Coruña y que ha llevado hasta allí para que los niños de Chantada puedan trabajar con los creadores que pasan por Sacra Experience.

También es un negocio que aporta valor a la economía de la zona y da trabajo a unas ocho personas para gestionar las tres casas y el local de restauración que componen este complejo. «Cada vez vamos a más», afirma en el cuarto año de vida de esta empresa, aunque reconoce que no es su intención la masificación, «se trata de un proyecto que ante todo persigue respetar el entorno y aprovecharlo como lugar introspectivo, un lugar de naturaleza y creación», destaca.

De la gestión cultural y la parte creativa ella es la experta; y en la parte de orientación al emprendimiento contó con la ayuda de la Fundación Ronsel de A Coruña, que aportó sus conocimientos en cuestiones como la dirección y planificación estratégica, económica y financiera. «Les ayudamos a medir la rentabilidad del negocio, a plantear la expansión y a sumar actores del territorio que sumen valor», destaca Luis García, director de esta entidad coruñesa, que busca involucrar a profesionales de la zona, pues «un proyecto en el medio rural no tiene sentido si solo lo consumen personas que se tienen que desplazar para disfrutarlo». Pone de relieve cómo despuntan más proyectos desde zonas menos despobladas: «La sociedad ha girado la cabeza hacia ellos, hay más ayudas y está mejorado la accesibilidad y las conexiones», concluye.