El coste de morirse sube a 3.700 euros

MERCADOS

Santi M. Amil

Afrontar un entierro sencillo exige a los familiares abonar casi 4.000 euros de media, una cuenta que puede incrementarse en función del lugar en el que se realice el servicio

21 oct 2024 . Actualizado a las 10:22 h.

Hasta morirse empieza a ser un lujo en España. A pesar de ser una cuestión inherente al ser humano, no es lo mismo pasar a mejor vida en un lugar u otro en España. Hay comunidades en las que todo el proceder relacionado con el fin es mucho más caro, pero si algo tienen en común todas ellas, es que morirse no resulta precisamente barato.

Según los cálculos que manejan en la Organización de Consumidores y Usuarios, un entierro sencillo supera los 3.700 euros y una incineración reduce la cuantía final en apenas un puñado de euros. «Los importes son muy variables, pero también lo son los servicios incluidos en el coste: desde el ataúd, a las flores, pasando por el coste de la inhumación o cremación y el tanatorio», explican los expertos de la asociación.

Y esa cantidad es la menor que se puede abonar con las partidas más básicas, pero si se empiezan a sumar los distintos conceptos y a optar por cuestiones algo más costosas, la cuenta final se dispara. Así, de los costes del propio servicio funerario, el féretro, el arca o el ataúd se convierte en el apartado más caro. Un modelo común, tal y como apuntan desde la OCU, sin lujos especiales y con materiales básicos cuesta entre 600 y 1.300 euros. La media, teniendo en cuenta los precios de las diferentes comunidades autónomas españolas, asciende a los 1.200 euros. Eso supone que solo esta partida ya se come la mitad del presupuesto medio que calculan los autores del informe.

A este dinero hay que sumar el precio del cementerio, que es el que marca diferencias entre un entierro muy caro y uno básico. «Desde la inhumación a las tasas por el alquiler, la media puede suponer más de 660 euros. La incineración, cuando se opta por ella, es más económica, poco más de 600 euros de media», resumen.

El tique final sigue creciendo. Porque, a todo esto, hay que sumar el alquiler del tanatorio, que según las cifras de la OCU supera con creces los 500 euros. Y, además, otros gastos como las esquelas, las flores, el coche fúnebre, la preparación del cuerpo, los gastos de personal… «Todo esto tiene una cuantía muy variable, pero una corona mediana, por ejemplo, supera los 100 euros».

Tal y como explican los expertos, en la mayor parte de España los cementerios son de responsabilidad municipal y, en muchos casos, son los grandes responsables de la elevada factura que deben pagar los usuarios cuando se produce la muerte de un familiar: «En el coste de un entierro, el precio del cementerio es el que marca las diferencias».

Diferencias por territorios

Así, habitualmente el servicio incluye dos grandes conceptos. Por un lado, el servicio de inhumación y por otro, el coste de la unidad de enterramiento: «Pero algunos ayuntamientos exigen el pago de tasas adicionales relacionadas con el mantenimiento, movimiento de lápidas, etcétera», añaden desde la OCU.

Conscientes de las enormes disparidades que existen, los autores del informe decidieron revisar las tarifas de 30 grandes municipios de toda España y ver cuánto cuesta en cada uno de ellos un servicio de inhumación en un nicho para la opción más económica (normalmente en las filas más elevadas) y por la opción de alquiler temporal más breve disponible (al menos cinco años). Con todos estos datos, calcularon que el precio medio de estos servicios de inhumación fueron, en el 2023 (último año del que hay datos), de 668 euros, pero una vez más las diferencias son importantes: «Destacan en cabeza por sus elevados precios Madrid (2.035 euros), Valladolid (1.457 euros), Ciudad Real (1.410 euros), León (1.194) y Salamanca (1.161), superando o incluso duplicando la opción más económica».

Hay sitios en los que es sustancialmente más barato. Porque al otro lado de la balanza se sitúan ciudades como Murcia (74 euros), Zaragoza (140) y Alicante (164): «Los familiares tienen acceso a un servicio de inhumación realmente económico y que facilita que en todas estas ciudades el servicio funerario en su conjunto pueda ser más asequible», insisten los expertos de este sector.

Pequeñas decisiones pueden hacer que este precio se multiplique. Por ejemplo, si se desea elegir la fila del nicho, habrá que pagar más, así como si se quiere cambiar la unidad de enterramiento por una sepultura o un panteón. Además, habrá que estar dispuesto a abonar algo más si la inhumación se va a realizar en unidades de enterramiento de las que ya dispone la familia y es necesario actuar sobre los restos ya existentes. Por otro lado, también crecerá la factura si se va a ampliar el período de concesión del mínimo al máximo que permita el ayuntamiento (que según los casos suele ser 77 o 99 años).

¿Y en Galicia?

La OCU solo ha analizado cómo sale la cuenta en tres urbes gallegas. Donde la cuenta sale más abultada es en Lugo, al estimarse que el coste del servicio de inhumación asciende a los 708 euros. Los autores del informe no tienen en este caso datos de cuánto supone un servicio de cremación. Le sigue muy de cerca A Coruña, donde los ciudadanos tienen que abonar una media de 674 euros para acceder a una inhumación y a 225 en el caso de las cremaciones.

La más barata es Vigo, donde la cuenta se reduce de manera significativa. Para acceder a una inhumación, hay que estar dispuesto a abonar 480 euros, mientras que la OCU asegura no tener datos sobre lo que exige una cremación.

A pesar de parecer grandes cantidades, nada tienen que ver con las que muestran lugares como Madrid, donde el coste del servicio de inhumación asciende a los 2.035 euros. El lugar donde resulta más caro acceder al coste del servicio de cremación es Salamanca, donde hay que pagar 1.122 euros.

Tres de cada cuatro entierros se pagan con un seguro de decesos 

Los seguros de decesos siguen teniendo mucho tirón entre las familias españolas. Sin embargo, la OCU asegura que no son una opción interesante para costear los servicios funerarios puesto que, a la larga, se puede acabar pagando incluso el triple en forma de seguro de lo que realmente costaría el entierro: «Muchos españoles cuentan con uno de estos productos que cubre los gastos de todos los servicios funerarios. De hecho, tres de cada cuatro entierros se pagan con un seguro», resumen.

Estos asisten y cubren la mayoría de los gastos de los servicios funerarios: «Al contratar un seguro de decesos, empiezas a pagar cierta cantidad de dinero para garantizar una suma que, llegada la fecha de su fallecimiento, el seguro empleará en dejar resuelto el sepelio y otras operaciones que pueden ser necesarias antes y después: trasladar el cuerpo desde un lugar distante, hacer una parte del papeleo propio de la herencia...», relatan desde la organización.

Según los datos que manejan en la Unión Española de Entidades Aseguradoras (Unespa), el 47 % de la población tiene contratado uno de estos seguros y son el cuarto tipo de los de no vida por importe, solo por detrás de los seguros del automóvil, los de asistencia sanitaria y los de multirriesgo del hogar: «Nuestros estudios comparativos revelan que, con un seguro de decesos, a la larga, se acaba pagando entre el doble o el triple de lo que cuesta el servicio funerario», aseguran para, acto seguido, añadir: «Si ya se tiene un seguro de decesos desde hace tiempo, y se cree que la esperanza de vida puede ser corta, te interesará mantenerlo, ya que habrás pagado un porcentaje muy alto del total de la prima».

Desinformación

Desde la OCU advierten que uno de los problemas que existen relacionados con este tipo de seguros es que muchos familiares no tienen forma de saber si se dispone de esta póliza, porque no hay un registro público que informe de ello.