Los viajes en autobús dentro del Reino Unido serán más caros el año que viene. El primer ministro británico, Keir Starmer, ha anunciado esta semana que el tope de las tarifas que las empresas de transporte público pueden cobrar subirá un 50 % y pasará de las 2 libras actuales (2,40 euros) a 3 (3,60). La decisión figura entre las medidas incluidas en el presupuesto para cerrar el déficit de 20.000 millones de libras (26.400 millones de euros) que el Ejecutivo laborista asegura que heredó de la anterior administración tory. «Los conservadores solo previeron fondos para costear el tope hasta este 2024», se quejó el mandatario. Varios alcaldes habían pedido al premier que mantuviera las tarifas como hasta ahora, pero este aseguró que el estado actual de las finanzas no lo permite.