Milagro económico con la minería del oro

MERCADOS

El presidente Bukele quiere eliminar el veto que prohíbe la producción de la minería metálica para extraer millones de onzas de oro. La actividad cuenta con el rechazo social

22 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

 Nayib Bukele está decidido a que El Salvador vuelva a explotar sus reservas de oro, a pesar de que el país prohibió la minería en el 2017 y de la oposición de grupos ambientalistas e indígenas. «Somos el único país en el mundo con una prohibición total de la minería metálica, algo que ningún Estado aplica», dijo el presidente salvadoreño a finales de noviembre, calificando el veto a las actividades extractivas de «absurdo».

«El Salvador tiene potencialmente los depósitos de oro con mayor densidad por kilómetro cuadrado en el mundo», aseveró, mostrando un mapa del anillo de fuego del pacífico, una zona rica en minerales debido a su actividad volcánica.

Bukele asegura que el potencial total del oro salvadoreño podría superar los tres billones de dólares y solo en el 4 % del área potencial de excavación se han identificado 50 millones de onzas de oro, valoradas en unos 130.000 millones de dólares. El presidente sustenta sus datos en unos estudios que no hizo públicos. Tampoco identificó a los autores de las investigaciones.

«Esta riqueza, dada por Dios, puede ser aprovechada de manera responsable para llevar un desarrollo económico y social sin precedentes a nuestro pueblo», señaló el líder del país centroamericano. Bukele ha expresado en varias ocasiones que el gran objetivo de su segundo mandato es mejorar drásticamente la economía de El Salvador, una asignatura pendiente para un político muy valorado en su país por haber hecho descender drásticamente la criminalidad, después de encarcelar a más de 80.000 ciudadanos entre críticas de numerosos organismos de derechos humanos.

La economía del pequeño Estado centroamericano, de 6,6 millones de habitantes, apenas ha crecido entre el 2 % y el 3,5 % anual en las últimas dos décadas. El 27 % de los ciudadanos continúan bajo el umbral de la pobreza y más del 70 % tiene trabajos precarios.

Bukele lleva tiempo poniendo énfasis en cuestiones económicas. Ya propuso en el 2022 utilizar la energía de los volcanes para producir bitcoins, la criptodivisa que convirtió el año anterior en moneda de curso legal, y recientemente ha llegado a amenazar a los importadores y comercializadores de alimentos con inspecciones si no bajaban los precios de la comida.

Eso fue en octubre, y un mes después lanzó su propuesta de volver a extraer oro. No lo tendrá difícil para conseguir el cambio legislativo. Su partido controla el 90 % del Congreso, y esos legisladores han nominado a cientos de jueces, incluidos los de las altas cortes, desde que Bukele llegó al poder.

Sí podría causarle problemas de popularidad al presidente. Su nivel de aprobación sigue siendo superior al 80 %, pero el apoyo a la prohibición de la minería también es fuerte. Superaba el 77 % antes de que se aprobase el veto y la actividad extractiva es criticada por instituciones tan relevantes como la Iglesia católica.

«Si ya por la contaminación del agua, causada por los pesticidas, gran parte de nuestro pueblo sufre insuficiencia renal, sería aún mucho peor el sufrimiento por el grave daño a los demás órganos vitales», dijo el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas. Varias asociaciones ambientalistas temen la contaminación del agua del río Lempa, uno de los más grandes de Centroamérica, por donde discurren los yacimientos a los que alude Bukele, con cianuro o mercurio, utilizados para la minería industrial de oro, aunque el presidente asegura que se trataría de explotaciones sostenibles. «Implementar la minería metálica sería el tiro de gracia para nuestro ambiente», dijo Omar Serrano, vicerrector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.

También existe oposición de varias comunidades indígenas de la cuenca del río Lempa que ya fueron activas en la campaña por la prohibición de la minería del 2017.