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Un titán de la logística de pasado oscuro

MERCADOS

ABRALDES

16 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Posee la mayor fortuna de Alemania. Bloomberg se la calcula en 39.200 millones de euros. Y está a punto de engrosarla con otros más de 8.000 (en dividendos). Se la ha proporcionado el imperio logístico que empezó a construir su abuelo y que él ha agrandado luego hasta convertir Kuehne + Nagel International, que así se llama su conglomerado, en la mayor compañía de transporte marítimo y aéreo del mundo. Controla el 53 % del capital de ese gigante. Y tiene, además, el 15 % de Lufthansa y un 30 % de Hapag-Lloyd, otra empresa de cargas.

Como otros muchos grandes de la logística mundial, Klaus-Michael Kühne (Hamburgo, 1937) sacó tajada de la pandemia, al calor de la escalada de los costes del transporte que acarrearon los problemas en las cadenas de suministro de todo el mundo. Una situación que se reprodujo cuatro años más tarde con los ataques hutíes en el mar Rojo.

Kuehne + Nagel International vio la luz en Bremen en 1890. La fundaron August Kühne y Friedrich Nagel. La criatura empezó a coger velocidad de crucero a partir de 1910, con la incorporación de un nuevo socio, Adolf Maass, con amplios conocimientos del sector. Su contribución resultó vital para el despegue de la compañía. Pero resulta que Maass era judío, y con el ascenso al poder de los nazis lo perdió todo. Hasta la vida. Como otros tantos empresarios judíos, víctimas del nazismo.

En 1933 fue destituido de su cargo y obligado a renunciar a su parte en el capital de la empresa. Huelga decir que no recibió indemnización alguna por ello. A sus tres hijos logró ponerlos a salvo enviándolos al extranjero. Pero él y su mujer no tuvieron tanta suerte. Ambos murieron en las cámaras de gas de Auschwitz.

Mucho mejor le fueron las cosas a sus antiguos socios. Por aquel entonces, la compañía ya estaba en manos de los hermanos Alfred y Werner Kühne, padre y tío, respectivamente, del actual presidente.

Ningún reparo tuvieron en afiliarse al NSDAP, el partido nacionalsocialista de Hitler. Y como a otras muchas grandes empresas alemanas, su estrecha colaboración con el Tercer Reich le reportó sustanciosas ganancias.

En su caso, gracias a un macabro encargo: la logística de la denominada M-Aktion, que no era otra cosa que el saqueo sistemático de los judíos europeos deportados y asesinados en masa, y el transporte de sus bienes hasta Alemania desde los territorios ocupados.

Esa etapa tan siniestra dela vida del gigante germano de la logística había quedado olvidada durante años, oculta a los ojos del mundo. Hasta que a Klaus-Michael se le ocurrió encargarle al diario alemán Handelsblatt un amplio reportaje como parte de los fastos del 125 aniversario de la compañía. Fue en el 2015. Cuando los periodistas del diario económico levantaron las alfombras, descubrieron la historia. Ni que decir tiene que cuando el magnate recibió el encargo, no le gustó un pelo lo que vio. Exigió que se retirase esa parte de la historia. No quiso el periódico pasar por el aro y, al final, no se publicó. Pero hete aquí que después llegó Vanity Fair y lo sacó todo a la luz para disgusto del empresario, residente en Suiza desde hace más de 50 años. Casado desde los 52 años y sin descendencia, es más que posible que su fortuna acabe en manos de la fundación sin ánimo de lucro que creó en 1976.

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