«La morriña no se va, no hay un día que no piense en mi familia, en mi casa, en mi gente»
MIGRACIONES
Hector del Río vive en desde hace seis años Estados Unidos donde trabaja como Ingeniero Civil
18 feb 2020 . Actualizado a las 20:54 h.Ingeniero Civil, 29 años, Héctor del Río dejó A Coruña en 2014 para continuar sus estudios en Estados Unidos, un país que le ofrecía a futuro seguridad laboral y mejores oportunidades que España. Si bien sus expectativas profesionales se han cumplido, reconoce que vivir fuera «ha sido realmente duro» y que Galicia sigue siendo su hogar.
Al igual que otros migrantes que han visto el crecimiento de sus carreras profesionales y las posibilidades que dan otros países con mercados e inversiones más altas, si bien considera volver a Galicia y reconoce que hay días que la idea se pasa por su cabeza, no lo ve como una posibilidad real. «Quiero volver hoy, de corazón quiero volver hoy, nunca me hubiese ido, pero veo la situación laboral en España y no me crea seguridad», dice y agrega: «No me da estabilidad ni perspectivas de futuro».
En su caso, la decisión de salida de A Coruña no estuvo motivada por aprender un nuevo idioma o por vivir una experiencia diferente, sino por la búsqueda de oportunidades formativas y laborales. Actualmente vive con su mujer Elena, cántabra de ascendencia gallega, en Los Ángeles, California, donde trabaja como Jefe de Obra. El camino tuvo también momentos difíciles, luego de desarrollar un primer proyecto ferroviario en el Condado de Orange, fue asignado a uno ambiental en el Death Valley, como su nombre lo indica y describe Del Río, un sitio remoto y aislado que supuso un gran cambio en su vida y el tener que desprenderse de las relaciones que había formado hasta entonces. Aún así, afirma, el vivir en el extranjero le sigue compensando ya que muchos de sus compañeros de promoción no se dedican a lo que han estudiado.
Pese a vivir en el exterior desde hace siete años, Del Río mantiene un contacto diario con su familia a través de Whatsapp y Facetime. «Me traje el móvil con número español para hablar con mis abuelas. No tengo redes sociales pero el Whatsapp los uso a diario para estar en contacto». Intenta además viajar a España una o dos veces al año y aprovechar ese tiempo al máximo. «La morriña no se va. No hay un día que no piense en mi familia, en mi casa, en mi gente», asegura, en una tierra de dónde tiene recuerdos de infancia felices, de un ambiente de cercanía que, confiesa, le gustaría que también experimentara su futuro hijo, Marcos, que nacerá en California este junio.
«Cada vez que vuelvo a Galicia me siento en casa otra vez. Es donde mejor me siento». Cuando se está fuera, reconoce, la tierra de crianza se idealiza, «pero es que vuelves y es aun mejor de lo que pensabas», afirma.