Luis García, fundador de la Academia Juan Flórez, apasionado del Dépor y abuelo inolvidable

Luis García Rodríguez (A Coruña, 12 de mayo de 1937) era un hombre lleno de vitalidad, de alegría y de fuerza. Dedicó su vida a la enseñanza, primero dando clases en la Academia Vázquez y, después, fundando con éxito sus propias instituciones: la Academia Juan Flórez y la Fundación Ronsel. Por sus aulas pasaron cientos de alumnos, cientos de vidas que, con toda seguridad, tienen aún grabado aquel sonido rítmico de las máquinas de escribir que se escuchaba al subir las escaleras de la academia cuando la mecanografía era una exigencia. Como profesor —muy destacado en contabilidad—, tuvo la oportunidad de crecer profesionalmente y no la dejó escapar.

Luis García nació en el seno de una familia muy humilde, pero unida. Sus padres Mercedes y Fernando tuvieron otros cuatro hijos: Sofía, Fernando, Manolo y José Antonio. Todos ellos fueron una auténtica piña, sobre todo en la niñez cuando no todo fue fácil: guerra, posguerra, encarcelamientos... Pero también hubo risas que se oían en toda la calle San José, lugar de referencia y amores... Así comenzó una de las más intensas historias que una pareja puede construir. Él, con unos 24 años, y ella, con 19, se comprometieron para toda la vida. Tuvieron cuatro hijos (Luis, Laura, David y Nuria) y seis nietos (Pablo, Yago, Carlota, Claudia, Laura y Daniela) para los que su abuelo era... lo más.

Luis fue jugador de fútbol sala y forofo del Deportivo hasta la médula. Vivió los mejores momentos del club y también —muy a su pesar— los peores. Bufaba con cada pequeño descalabro y gritaba (incluso de manera ensordecedora) saltando con el alma hasta límites incalculables, y con los brazos elevados y los puños cerrados cuando de victoria se trataba. Le gustaban el hockey, el tenis, la natación y también viajar, las palomas mensajeras, los perros y sentir el calor del sol en cualquier lugar del mundo al que pudiera llegar con su mujer.

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