
Sus amigos recuerdan la figura de este aparejador de Abegondo, su apasionamiento y generosidad
09 jun 2023 . Actualizado a las 12:33 h.Todos los días puntualmente a las dos, a veces con más quórum, otras con menos, se reúnen un grupo de amigos en el bar de siempre, un grupo variado de gentes que disfrutan de su mutua compañía. Es un momento para charlar, para recordar anécdotas, para relajarse, para comentar los asuntos de cada uno y sobre todo los de la actualidad.
Entre ese grupo lo frecuente es que lleve la voz cantante el veterano del grupo, siempre vehemente, con una opinión propia y personal sobre todas y cuantas cuestiones se puedan tratar, fiel a sí mismo y a sus convicciones y ajeno a las nociones de «lo conveniente» y casi siempre, de la tibieza; siempre dispuesto a explicar, a rebatir, a polemizar, a convencer, a agitar las tranquilas aguas de la tertulia; Pero igualmente siempre dispuesto a ayudar a los que le rodean, a prestar su oído atento, su experiencia, su consejo y su voluntad en favor de cualquiera que lo necesite, como pueden atestiguar todos los que le han conocido.
Una vida no siempre fácil, con los tropiezos que cualquiera que acumule muchos años podría compartir y con algunos otros que exceden de lo habitual; circunstancias que marcan y a las que él hizo frente con entereza y dignidad y (él no dejaría de decirlo), con ayuda de su firme creencia religiosa.
Ayer murió Ramón Vega, arquitecto técnico, aparejador.
Y hoy en el bar de siempre se reunirán como habitualmente sus amigos, recordarán su figura, su apasionamiento y su generosidad, y echando de menos al señor mayor harán un brindis por él.
Descanse en paz