Pep Caballé, un «imprescindible» en la sombra para el Racing de Ferrol

Elba de la Barrera Agulló
Elba de la Barrera FERROL / LA VOZ

OPA RACING

Pep Caballé celebra el tanto que anotó ante el Fuenlabrada el pasado febrero en A Malata.
Pep Caballé celebra el tanto que anotó ante el Fuenlabrada el pasado febrero en A Malata. CESAR TOIMIL

El extremo menorquín, que dispuso de pocos minutos esta temporada y finaliza ahora contrato, resultó determinante como lateral en la victoria ante el Alcorcón en Santo Domingo

31 may 2023 . Actualizado a las 20:24 h.

Recaló en Ferrol en agosto del 2020 procedente del Ibiza y ha hecho de la ciudad de las grúas y el mar su hogar. El menorquín Pep Caballé (1990), capitán del Cornellá en el que militó durante once campañas, acusó en el verano del 2021 una rotura completa del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda que le mantuvo meses alejado de los terrenos de juego, pero no de una localidad que lo ha adoptado como a uno más y en la que decidió llevar a cabo su recuperación.

Desde el mes de octubre, el extremo no se perdió un entrenamiento y ya en la segunda vuelta ejerció como lateral diestro en el partido clave en el que el Racing logró imponerse al Alcorcón, que ostentaba el liderato, en Santo Domingo. No ha sido este un año fácil para Pep Caballé a nivel individual.

Disputó un total de 185 minutos y anotó dos tantos con la elástica del Racing pero hasta su entrenador, Cristóbal Parralo, admitía que el trabajo realizado por el menorquín entre bastidores esta temporada estaba siendo digno de admiración. Autor del tanto del triunfo contra el Deportivo en A Malata la pasada campaña, el de Mahón finaliza contrato a final de este mes de junio y podría poner punto y final a su etapa en la ciudad. «Somos una auténtica banda pero hemos hecho una temporada espectacular», exclamaba desde el balcón del Ayuntamiento durante la recepción institucional brindada por la corporación municipal al equipo tras el ascenso. Palabras con las que el futbolista volvía a dejar patente que lo colectivo prima más que cualquier individualidad en este Racing.

«Llegué hace 3 años de Ibiza, en plena pandemia, y lo que he vivido aquí ha sido increíble. Algo mágico. Nunca me habría imaginado vivir una cosa como esta en un club histórico como es el Racing», ahondaba sobre lo que ha supuesto para él una campaña sobresaliente para el grupo y en la que, a título personal, ha cumplido con creces en los momentos en los que el míster le ha necesitado.

Transcurridos ya unos días desde la jornada de la euforia en A Malata, Pep Caballé puso en valor el esfuerzo del equipo para imponerse en un grupo «muy duro, con rivales de mucha más masa social y seguramente mucho más presupuesto». «Hay que ser conscientes de la que hemos liado», ahondaba el menorquín que no dudaba en admitir la dureza de lo vivido a nivel individual.

El apoyo muto como clave

«Para mí en lo personal, peor. Por los pocos minutos que he tenido, pero creo que he sumado mucho», valoraba el extremo que no titubeaba al destacar que muchos de sus compañeros lo han catalogado de «imprescindible».

«Muchos se reirán, pero aún así ha sido una temporada inolvidable. Cuando tenga 60 o 70 años ese día lo voy a recordar siempre, nos va a quedar a todos marcado de por vida», reflexionaba volviendo a dejar patente la sintonía de una «banda» que ha hecho historia.

«Todos hemos sido determinantes en algún momento de la temporada y como grupo nos hemos llevado muy bien y eso es importantísimo, es una de las claves, que hemos remado a una», destacaba un Pep Caballé que avanzaba, además, que va a «apretar» en los días restantes de preparación del choque frente al Amorebieta para darle, si cabe, más motivos al míster para darle minutos al que ha sido uno de los héroes en la sombra de este Racing en el que la unión hizo la fuerza.

«Lo que tenga que ser será, pero la realidad es que acabo contrato ahora el 30 de junio»

Pep Caballé toma la palabra en el balcón del Concello.
Pep Caballé toma la palabra en el balcón del Concello. JOSE PARDO

«Esto es un milagro», exclamaba Pep Caballé al tomar la palabra ante la afición desde el balcón del Ayuntamiento. Un milagro construido a base de trabajo diario, de un banquillo enchufado y dispuesto a dejarse todo en el verde a la orden del míster o de remontadas en tardes épicas en A Malata, que se hicieron esperar y que en el tramo final de competición se convirtieron en bendita costumbre.

El menorquín sabe que, a la vista de los minutos de los que dispuso en Primera Federación, es posible que su etapa en la escuadra verde esté próxima a su fin. Un realismo que no impide que mantenga las ganas por preparar la final de campeones con el máximo rigor y poder aportar también sobre el terreno de juego en esta traca final.

«Tengo ganas de jugar estos dos partidos; voy a intentar tener minutos y cuando se acabe la temporada ya veremos», insistía el extremo sobre su futuro más inmediato. «Lo que tenga que ser será y esta temporada ha sido inolvidable para todos. La realidad es que acabo contrato el 30 de junio y el cariño que me llevo de la gente y de todo lo que hemos vivido aquí es muy bonito», concluía el de Mahón.

A la espera de que la dirección deportiva y el cuerpo técnico comiencen a tomar decisiones con relación a la próxima campaña en Segunda División, Pep Caballé solo piensa en jugar al fútbol y defender el escudo del Racing de Ferrol y el feudo de A Malata. Un terreno de juego desde el que proféticamente se divisa la ermita de Chamorro, milagreira patrona de la ciudad, que podría ser testigo de una nueva gesta del de Mahón.