Cristóbal, punto de equilibrio para la consolidación del Racing: «Somos un buen grupo, pero falta hacer un equipo»

Elba de la Barrera Agulló
Elba de la Barrera FERROL / LA VOZ

OPA RACING

Cristóbal, al fondo, observa el último entrenamiento de los suyos en A Gándara
Cristóbal, al fondo, observa el último entrenamiento de los suyos en A Gándara CESAR TOIMIL

El de Priego de Córdoba afronta con ilusión el reto de ejercer de pegamento de un grupo con muchas caras nuevas y en el que faltan automatismos y un filial que nutra de talento

16 ago 2024 . Actualizado a las 15:32 h.

Quinto curso y el equilibrio por bandera. Cristóbal Parralo se convierte en puntal para un Racing Club Ferrol con el reto de pasar de equipo revelación a consolidación en su segundo curso consecutivo en Segunda. Pero, ¿cuál es la meta concreta de la escuadra verde en la escarpada travesía liguera?

El míster lo tiene claro. Primero hay que ver por dónde sopla el viento: «¿Objetivos? Inmediatos. El primer partido que tenemos, intentar aprovechar que jugamos en casa y con nuestra gente. Con el apoyo de nuestra afición, que se está volcado en masa. Competir con nuestras armas y lo que hemos podido hacer hasta ahora y ser un equipo fiable en casa», indicaba sobre el primer choque ante el Málaga en un estadio que mantuvo ese aura de talismán también en el fútbol profesional para los suyos.

Y es que Cristóbal tiene, con diez veteranos y doce incorporaciones, la misión de cohesionar las piezas y dar con la tecla para que el equipo carbure.

Afronta el reto con hambre y energías renovadas. «Con la misma ilusión que cuando llegué el primer día. Tengo muchos sueños todavía por cumplir. Intentaré hacer lo mejor posible mi trabajo y que el equipo siga funcionando tan bien como hasta ahora. Sabemos que es un año muy complicado. Me imagino que todos tenemos esa incertidumbre de ver cómo va a salir e intentar que el año sea bueno y la afición se siga sintiendo orgullosa de su equipo», reflexiona. 

Evita, por tanto, cuantificar a la espera de su sempiternas referencias en forma de sensaciones. «Es muy pronto. Vamos a ver cómo se desenvuelven. Ha llegado mucha gente nueva y cuesta un poquito generar esos automatismos, que se conozcan. Es normal», admite sobre un equipo en el que se cambian cromos pero se mantiene la idea de ofrecer fútbol más allá del resultado.

Y más teniendo en cuenta que su barco no para de llenarse de aficionados ávidos de fútbol en la comarca. Un nuevo récord de masa social que entraña un reto en sí mismo para el técnico tranquilo: «Más responsabilidad. No podemos decepcionarlos. Tenemos que seguir empujando fuerte para que esto siga creciendo y lo importante es dejarlo todo en el campo», valora.

De grupo a equipo

La fortaleza del bloque, santo y seña para el cuerpo técnico de la escuadra verde en las últimas campañas, volverá a jugar un papel clave en este curso en el que la regeneración de la plantilla propiciará el ensamblaje progresivo de las piezas. Algo que no esconde un Cristóbal muy crítico con los vertiginosos tiempos que marca el calendario de competición.

«Ha sido una pretemporada muy complicada y muy condicionada porque ha habido bastantes cambios. Jugadores que llegan de estar entrenando con un preparador, otros que han estado entrenando. Distintos momentos, partidos en los que hemos tenido que tener a jugadores noventa minutos con riesgo de lesión. El equipo ha trabajado bien y contento de que empiece el campeonato y ver si somos capaces de competir bien», señalaba Cristóbal.

Y es que el técnico tranquilo, el equilibrista de Priego de Córdoba no es partidario de arrancar la competición sin tener plenas riendas: «No tiene sentido que el mercado siga abierto y cada vez nos ponen más dificultades a la hora de preparar, de hacer una pretemporada como Dios manda», afeaba.

«Esto impide que los equipos puedan trabajar como quisieran, que las plantillas estén un poco cojas. Una mesa que cojea por un lado...Es lo que hay, hay que adaptarse y a mí lo único que me interesa es que hay tres puntos en juego y hay que competirlos e intentar ganarlos sea como sea», zanjaba sobre el complicado sondaje del mercado en el que Mouriz debe atrapar dos extremos izquierdos y un mediapunta como los que compensar la plantilla.

Precisamente sobre la falta de extremos zurdos, a tenor de la importancia del juego vertical y de transiciones en su modelo, admite Cristóbal que habrá que tirar de laboratorio hasta cerrar nuevas llegadas: «Tengo algunas opciones porque llevamos así toda la pretemporada. Ha habido jugadores que han jugado en esa demarcación, hemos valorado el rendimiento y veremos lo que hacemos. Es un problema. No tener ese equilibrio en el equipo. Cuando te faltan los dos extremos izquierdos se produce un desequilibrio y en este momento lo tenemos», admitía.

En esta misma línea se refería el míster a la sala de máquinas y cerebro del equipo. Una medular con seis piezas para evitar sustos pasados. «Con los seis centrocampistas nos hemos curado un poco en salud porque no tenemos filial y al no tenerlo no queremos que nos pase como el año pasado, que cuando hay dos bajas tenemos problemas a la hora de competir. Sabemos que la temporada es muy larga y que los vamos a necesitar a todos. Por eso nuestra idea es tener a 25 jugadores porque no podemos permitirnos tener menos», explicitaba un Cristóbal que empezará a hilar en base a la solidez en retaguardia para que la chispa aflore en vanguardia: «Los equipos siempre se forman de atrás hacia delante. Si tienes seguridad defensiva y qué hacer cuando no tienes el balón, el ataque se deja un poco más al talento de los jugadores. Hay unas pautas y una idea, pero tiene que aparecer el talento», reseñaba.

Sobre el aumento de centímetros de la plantilla y el corte más físico de los refuerzos se sigue ciñendo el preparador a su idea de fútbol propositivo, que va más allá de la cifra y el dato:

«Oigo muchas cosas. Que si hay jugadores, que si hay tal. Aquí hay futbolistas. Eso lo primero. Al fútbol puede jugar igual uno de 1,50 que uno de 2 metros. Lógicamente hay que intentar tener la mejor plantilla, no equipo, plantilla posible y se hablan muchas cosas del juego aéreo. Si solo estás pendiente de eso cometeremos un gran error. Hay que jugar al fútbol, tener el balón y saber qué hacer», subrayaba un Cristóbal que no esconde que la ausencia de un filial del que tirar es un lastre que el Racing debe saber capear.

«Ahora con la baja de David Castro, si no tienes cuatro centrales, ya estaríamos en ciertos problemas. Intentamos equilibrar teniendo en cuenta que somos un club peculiar que no tiene filial y que hay que adaptarse. Para mí sería más cómodo tener veintidós jugadores y poder tirar de un filial. Seguramente habría mucha más gente contenta y esto va como va y somos conscientes», exponía un Cristóbal que aguarda a un Málaga espejo de lo que era su equipo el pasado curso.

«No hay un cambio muy grande en la plantilla, sino que han introducido algunas piezas que van a aumentar la calidad. Tienen automatismos, las ideas muy claras. Saben a lo que juegan y sabemos la dificultad que entraña. Es un equipo parecido a lo que nosotros éramos el año pasado cuando ascendimos. Teníamos una base bastante amplia del año anterior y quieras que no eso ayuda mucho», reconocía el preparador que tendrá que ejercer de pegamento de los suyos para la consolidación del equipo.

«Creo que somos un buen grupo, pero falta hacer un equipo. Esto solo se consigue con tiempo y trabajo. Ha habido poco porque lo principal ha sido el tema condicional de gente que ha hecho toda la pretemporada, otros tres semanas y falta un poquito de unir todas estas incorporaciones. Que tengan las cosas muy claras y que luego en el campo todo eso salga sin pensar», zanjaba el encargado de que los automatismos vayan aflorando con el paso de las jornadas. Mañana será el punto de partida. Calma, mucha calma y grandes dosis de serenidad. 

Pellicer: «El Racing tiene que ser el espejo en el que mirarnos»

También ha hablado un Sergio Pellicer que afronta su primer partido en Segunda con lo vivido por el Racing la pasada campaña muy presente. El técnico del Málaga valora la continuidad de Cristóbal Parralo como cerebro de operaciones de un equipo nuevo: «Es un equipo que ha tenido más de diez incorporaciones y lo único que mantiene es el entrenador y su idea. Es su segunda temporada en la categoría, la pasada campaña fueron de los mejores equipos y eso que eran recién ascendidos, y ese tiene que ser el espejo en el que mirarnos», reconocía el preparador rival.

El balón parado, clave ya en el primer partido del curso entre el Albacete y el Granada, será uno de los aspectos a medir al milímetro para Pellicer: «Va a ser un partido difícil, en el que lo importante van a ser los detalles, cuando dominas o eres dominado y mucha atención al balón parado. Ayer los tres goles fueron de estrategia. Hay que saber dominar todos los contextos y manejar todas las situaciones», reflexionaba el míster de un Málaga que viene a Ferrol dispuesto a emular a los de Cristóbal la pasada campaña y llevarse los primeros tres puntos de su andadura en el fútbol profesional.