La marea verde, principal certeza para combatir las dudas en el estreno del Racing Club Ferrol

Vuelta al ruedo. Un año más, el Racing Club Ferrol paladea por mérito propio las mieles del fútbol profesional. A Malata levanta el telón de un nuevo curso en Segunda ante un recién ascendido Málaga (17.00 horas, LaLiga TV Hypermotion) que en su última visita al fortín de la ría, para prueba de lo cambiante que es el fútbol, se jugaba el ascenso a Primera mientras la escuadra verde comandada entonces por Juan Veiga bregaba por evitar el descendo.

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E.Barrera

Dieciséis inviernos llovieron ya desde entonces sobre el verde de un estadio que apunta a lleno. Y es que el Racing, que arrancaba ayer la venta de las más de cuatrocientas localidades para público general en el sector de Fondo Norte, colgaba pocas horas después el cartel de no hay billetes. Con 9.360 abonados el club encara el segundo año en la categoría de plata —sobre el que pesa la etiqueta de año de fuego — con la garantía de que el rugido de A Malata impulsará a la tripulación de Cristóbal Parralo en una jornada que, por aquello de ser inaugural, marca cierta tendencia anímica y también futbolística.

Con un equipo altamente renovado —son diez veteranos frente a doce incorporaciones —y el mar de dudas asociado a los ajustes, la falta de automatismos y el juego de memoria del pasado curso deberán contrarrestarse con el empuje de una marea verde, que se erige como la gran certeza del Racing en su gran estreno.

De este modo, los peñistas emplazan a los aficionados a partir de manera conjunta al estadio a las 15.45 horas desde el Cruceiro de Canido sabedores de que la fiesta del fútbol, ese ceremonial previo al pitido inicial del colegiado, ejerce cierto influjo motivador entre bambalinas. Y es que la experiencia siempre es un grado y el aficionado del Racing, que puede presumir de que no acusó derrota alguna en su feudo durante más de 365 días y que solo vio caer a los suyos en dos ocasiones el pasado curso al calor del fortín de la ría, tiene muy presente que inaugurar la campaña en el hogar y hacerlo por partida doble —la próxima jornada será también con los de Cristóbal como locales ante el Granada— es un regalo otorgado por el calendario liguero del que intentar sacar tajada.

Muchas cosas han cambiado desde que hace un año y seis días un entonces poco conocido Iker Losada —que acabaría erigido como héroe para los seguidores ferrolanos— anotaba un lanzamiento de falta que daba a los de Cristóbal los tres primeros puntos ante el Elche en la encarnizada batalla por la permanencia.

Buenas costumbres

Dicen que el fútbol no tiene memoria y que con el nuevo curso en ciernes lo que toca es la aplicación sin miramientos del borrón y cuenta nueva. No obstante, en este deporte altamente cambiante en el que lo que valía para ayer no sirve ya para mañana, el echar la vista atrás y tomar conciencia y consciencia de que los ídolos van y los ídolos vienen; de que las jornadas traen consigo nuevas señas de identidad y especialidades marca de la casa puede ejercer de bote salvavidas a lo largo de las cuarenta y dos jornadas de alta tensión del campeonato liguero en Segunda.

La transformación del Racing es incontestable. Cabaco y Naldo están llamados sobre el papel a ejercer de dique de contención, las esperanzas reposan sobre la capacidad de creación de un joven talento como el de Álvaro Sanz y las alternativas en la delantera —con Chiki y Jauregi como novedades —traen aparejado cierto aroma a gol con cuño verde. Pero, entre toda esta maraña de dorsales reasignados, nuevos cromos y perfiles a estrenar, emergen figuras como la de Cristóbal Parralo que suma la friolera de cinco campañas comandando el timón del barco. Tampoco falta la esencia con pedigrí de base encarnada en Álex López, faro dentro y fuera del perímetro acotado por las líneas de cal, o el acento gallego de jugadores como David Castro o Brais.

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Elba de la Barrera

Y es que la principal premisa para que el cambio funcione es hacer que la transición sea lo más liviana posible.

El delantero Álvaro Giménez, que pasó de revulsivo a hombre gol en poco más de siete jornadas, o un intermitente Señé, con calidad en sus botas para convertirse en guía del nuevo Racing, culminan la propuesta de un equipo que tendrá que ir transformando los interrogantes en respuestas firmes a base de fútbol y trabajo diario.

En ese lapso de adaptación, la marea verde, que esta tarde es la apuesta segura, debe remar para colaborar en despejar la incógnita de la ecuación. Un costumbre, la de hacer del estadio caldera, que no debe caer en el olvido.

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