El realismo mágico de Carlos Mouriz: «¿Te preguntan: '¿Dónde está la ciudad deportiva?' Pues en un papel»

Elba de la Barrera Agulló
Elba de la Barrera FERROL / LA VOZ

OPA RACING

E.BARRERA

El director deportivo y general del Racing de Ferrol desgranó punto por punto el sentido de cada movimiento en el mercado y el contexto actual

06 sep 2024 . Actualizado a las 23:08 h.

¿Un clavo saca a otro clavo? Es la gran pregunta que, tras el cierre de la plantilla con las llegadas de Bebé y Correa, planea sobre A Malata tras un mal arranque que sitúa a los de Cristóbal en puestos de descenso y solo con un punto de nueve en liza. Lo tiene claro el director general y deportivo del Racing Club Ferrol Carlos Mouriz que, aunque no esconde que los clavos a sacar son más de los deseados — con salidas de jugadores como Losada o Bernal y operaciones frustradas — está satisfecho con una plantilla en la que, defiende, hay al menos dos jugadores por puesto y tres en el caso del lateral diestro, la delantera y la portería.

«Con esto hasta el mes de enero vamos a tirar y esperamos y deseamos que vaya bien», valoraba el cerebro de operaciones del club que disponía así las piezas que luego corresponderá cuadrar al preparador de Priego de Córdoba sobre el tapete: Yoel, Jesús Ruiz y Bernard en la portería; en el lateral derecho: Delmás, Aitor Buñuel y Correa; como central derecho: Aleksa y Cabaco; en el zurdo: Castro y Naldo; para el lateral izquierdo: Brais y Moi; como 6 Perea y Manzanara; en el 8: Señé y Álvaro Sanz; para el 10 Aitor Gelardo y Alex López; en el 7 Dorrío y Nacho; para el 11: Manu Vallejo y Bebé y en el 9 Jauregi, Álvaro Giménez y Chiki. «Así es como lo tenemos montado, después no sé como van a jugar», ahondaba después de agradecer al técnico la paciencia en un mercado largo y en el que se apostó por una renovación de buena parte de la plantilla: «Contar con un compañero de viaje del nivel de Cristóbal que, a mayores es una persona identificada con el club y que entiende perfectamente las dificultades y los asume como propios, es justo el reconocerlo públicamente», destacaba un Carlos Mouriz que no olvida que, pese a la intachable campaña del curso pasado, el equipo acabó fundido.

las bajas

«El tiempo pasa para todos»

«En la toma de decisiones tuvimos en cuenta el final de liga. Llegado el 31 de marzo, que es la fecha en la que hicimos los 51 puntos, en las nueve jornadas siguientes hicimos ocho puntos», valoraba el director deportivo que sustenta la ausencia del grueso del bloque de pasadas campañas en el desgaste lógico del tiempo.

«Los años pasan para todos, incluso para mí. Hay un día a día, hay sesiones de entrenamientos que se hacen completas o no y todos esos pequeños detalles te ayudan a la toma de decisiones. Llevábamos mucho tiempo juntos y se decidió no renovar a una parte importante de la plantilla que nos trajo al fútbol profesional», relata. «Llegamos con media plantilla que no había jugado o muy poco en el fútbol profesional y, si queríamos dar un salto, en ese paso se buscó a jugadores con experiencia en la categoría», desgranaba.

las altas

El no de sus ases en la manga

«A un club modesto como el nuestro le cuesta y así ha sido. Los tiempos no son los que nosotros queremos pero son los que marca el mercado y si quieres arriesgar arriesgas y si no es lo que hay», detalla sobre un mercado en el que, expone, se aguardó por dos operaciones que finalmente no prosperaron. «Una de las fichas estaba guardada para Nico Serrano. Darle las gracias y desearle la mejor de las suertes en este camino. En todo momento dijo que quería venir y o se quedaba en Primera o haría todo lo posible», indicaba ratificando lo ya avanzado en las últimas semanas por el preparador Cristóbal Parralo.

Tampoco la carta del Celta le salió de cara a Carlos Mouriz: «Otro jugador era Alfon. Con el Celta estaba el tema arreglado y no significa que no hubiera otras opciones pero en el último momento el entrenador decidió contar con él», admite. Por todo ello se muestra satisfecho con la apuesta de jugadores con recorrido en Primera como Bebé, Naldo o Cabaco por el Racing pese al contexto y realidad del club. «Estamos muy contentos con la gente que ha querido venir. Estamos agradecidos porque sabemos que a nivel económico o de prestaciones no somos de los primeros ni de los del medio. Pero vale la pena y la ilusión compensa las carencias y la gente se ha comprometido y hay cinco o seis con pasado en Primera que han venido se llamen Álvaro o Bebé. Han hecho una apuesta importante y no es porque vengan a retirarse. Aquí se aprieta», destaca.

el grupo

Confianza en los 26

«¿Por qué voy a pensar que voy a fichar en el mercado de enero? No tengo 25, tengo 26. David Carballo entrena todos los días con el primer equipo, va a viajar a Cádiz con el primer equipo. No se le regalan ni los buenos días. Se lo está ganando. Con 26 tendríamos que tener cubierto y si hay que hacerlo habrá que acometerlo», ataja un Carlos Mouriz que confía, pese al mal arranque, en las posibilidades de los 26 de Cristóbal y que tiene claro que quedan todavía muchos pasos que dar para que se consolide el proyecto del Racing en la élite.

«Nosotros coincidimos en que estamos entre esos 22 y jugamos con el mismo balón. En otras cosas estamos muy lejos del fútbol profesional», valoraba un Carlos Mouriz que ejemplifica la complejidad de captar talento sin unas infraestructuras que respalden la propuesta. «¿Qué podemos ofrecer? La realidad es la que es y si tu vas a por un perfil de jugadores ellos te preguntan: ‘¿Dónde tenéis la ciudad deportiva?' En un papel. Y: ¿'Dónde se desayuna? En tu casa. Está muy bien eso de ser una familia pero también se discute en las familias», exponía el director deportivo de un Racing de Ferrol que tiene que crecer también más allá de las lindes del terreno de juego.

Las infraestructuras, principal debe del club que sigue con el 2025 en el horizonte

«La gente decide ir donde tiene más cosas y si el salario va a ser el mismo pero puedes ir en un Ferrari en vez de en una bicicleta... pues la bicicleta es muy sana pero para los días que llueve es mejor ir en Ferrari», ahondaba un Carlos Mouriz que no escondía su preocupación ante las deficiencias de A Malata, campo inaugurado hace más de 30 años y sin inversiones a lo largo de su vida útil.

«¿Quién es el responsable de que en 30 años no se gastara un duro? No vamos a mirar para nadie pero la realidad es la que es.Todo el mundo tiene buena voluntad pero hechos concretos, ninguno», afeaba sobre el compromiso de las distintas administraciones de implicarse en la subsanación de la cubierta, la megafonía o la iluminación del campo que, indica, ya ha acarreado las primeras sanciones a la espera de que el Ayuntamiento y la Diputación saquen el convenio para su renovación.

«En los dos partidos de las cinco de la tarde salimos con 6.000 euros de multa. 6.000 en el primero y 6.000 en el segundo y estamos contentos porque eso era porque hacía un sol que no veas. Cuando sea por la noche esto va a ser de traca. El domingo caerán otros 6.000 y ya serán 18.000 euros», ironizaba Mouriz sobre unas sanciones que, en caso de no subsanarse, podrían escalar a los 126.000 euros en las 21 jornadas como local.

Se mantiene, no obstante el compromiso de arrancar por lo menos con la ciudad deportiva en el verano del 2025 aunque sin aclarar si la parcela elegida será en Narón Valdoviño o Ferrol y avanzando que el consejo se reunirá el lunes para abordar este tema.

El objetivo, mantenerse: «Tenemos la ambición de pelear»

«Somos el único equipo de España en el que los jugadores se visten en el campo, se van a entrenar allá en sus coches. No se les paga la gasolina... Bueno, ahora les regalamos un plástico para que lo pongan en el asiento, que antes traían una toalla de casa. Está es nuestra realidad. A ver si vamos a pensar ahora que vamos en trasatlántico». Así de tajante se mostraba el director general de la escuadra verde que, a la vista del contexto, tiene claro que la meta del nuevo Racing vuelve a pasar por amarrar la permanencia.

«Lo ideal es mantener la categoría y eso no significa que no tengamos ambición. A las pruebas me remito», señala en alusión a la renovación de la plantilla.

No esconde tampoco que al equipo, que lleva dos jornadas sin marcar, le falta mordiente ofensiva pero hace un llamamiento a la calma. «Estamos tensos porque nos gustaría ganar y queremos ganar pero no hay rival pequeño ¿Vamos a sufrir? Mucho. Esperemos que esto cambie y creo que cada semana como grupo el equipo hace más cosas y esperemos que sea lo suficientemente rápido como para ganar ya aunque sea sin merecerlo», zanjaba un Carlos Mouriz que, además de la dirección deportiva, maneja a la perfección la oratoria con altas dosis de realismo mágico.