«Corazón, agresividad e intensidad», el único sistema ganador para Cristóbal en el Racing de Ferrol

Elba de la Barrera Agulló
Elba de la Barrera FERROL / LA VOZ

OPA RACING

CESAR TOIMIL

El técnico apela a las agallas por encima de un dibujo, cambiante a lo largo del partido, como receta para sumar frente al Eibar: «No vamos a escurrir el bulto»

15 nov 2024 . Actualizado a las 17:36 h.

Más de sensaciones que de estadísticas. Huir del corsé del sistema, despojarse del yugo del 4-2-3-1, 4-4-2 o 3-5-2 y saltar al verde a morder la hierba y a creerse con la potestad de hablar a través del juego es la máxima de un Cristóbal Parralo consciente, admite, de que su Racing Club Ferrol arrastra «un problema en ataque, que es evidente» y que, ojalá, no se arregla a golpe de optar por pintar uno u otro dibujo en su pizarra.

Porcentaje de posesión, porcentaje de centros buenos, duelos ganados. Números que tiene presentes pero no maniatan al entrenador tranquilo, que destierra la dictadura del dato y sigue apelando a mejorar las sensaciones.

Por todo ello, reflexiona el técnico, la imagen que el equipo ofreció en la segunda parte de la derrota frente al Racing de Santander tiene más que ver con un cambio de actitud que de esquema: «Al margen de sistemas hubo un cambio de actitud, de mentalidad. Es importante salir así siempre. No me cansaré de exigirles estar muy metidos», detalla.

Y en este sentido no pasa Cristóbal Parralo por alto los errores que, más allá del dibujo desplegado sobre el tapete, cometieron los suyos en la última derrota. «Tenemos que estar mucho más concentrados y más intensos desde el primer momento hasta el final. Hubo tres cuatro jugadas muy evitables y, después de analizarlas, nos costó muy caro», destacaba el preparador que tiene muy presente que los sistemas son referencias cambiantes y vivas según rueda el balón.

«Una cosas es cómo sales de inicio y en qué se convierten. Un jugador más alto, más bajo. El sistema no es simétrico», apostillaba el técnico que se mantiene ajeno a las críticas derivadas de las decisiones que ha ido adoptando este curso y que tiene la potestad y responsabilidad de tomar. «Esto es fútbol. Si hacemos una votación seguro que saldrían mil equipos diferentes. Mi obligación es tomar decisiones y es lo que hago. Con mis ideas. Acertadas o equivocadas pero con mis ideas y no me va a afectar en absoluto, lo tengo muy claro», anticipaba el preparador que, avanzaba, «no vamos a escurrir el bulto».

Por ello, ni para bien ni para mal se escuda el entrenador tranquilo en el esquema de juego. Y tirando de coherencia, tras reclamar más personalidad y ofrecimiento en salida de balón a los suyos en semanas precedentes, defiendía el mantra de crecer a través del error y no del riesgo cero.

«Buscar excusas es muy fácil. Si buscas excusas no hay errores», valoraba un Cristóbal para el que el tan mencionado sistema «lo tienen que hacer buenos el cuerpo técnico y los jugadores».

Lo que más le gustó al míster de los últimos minutos sobre el terreno de juego ante el otro Racing: «Corazón, fuerza, intensidad y agresividad». Ingredientes , todos ellos, imprescindibles en Ipurua más allá del dibujo o del once inicial ante un Eibar también necesitado. «Llevan varias derrotas doloras y seguramente van a salir enrabietados para cambiar esa dinámica. Están ahí abajo de manera circunstancial y lo más seguro es que tiren para arriba», destacaba sobre el cuadro de un Exteberria amigo de sorprender de lo lindo desde la pizarra. Medicina que el pasado curso ya probó en Ipurua el propio Cristóbal.

Rival distinto y ganas

«Ha habido algunos cambios arriba. No está Stoichkov, no está Soriano, no está Aketxe. Jugadores que tenían ese juego interior muy interiorizado pero es un equipo peligroso, quizás juegan más por fuera y no tanto por dentro», indicaba adelantando que poco o nada tendrá que ver la propuesta armera a la cántabra de la pasada jornada.

Y así, sin dar una sola pista del plan trazado a puerta cerrada a lo largo de la semana, sí desliza el míster un posible cambio de papeles entre los integrantes de sus filas. «Tengo que tener claro los jugadores que tengo. Tú haces una planificación con una idea. No fichas a este para que juegue de carrilero cuando no ha jugado. Los firmas para jugar de extremos y depende del rendimiento y el estado de forma o de que las cosas no salen y no cuadran buscas otras opciones», determinaba dejando flotar en el aire la idea de que la falta de extremo en izquierda podría propiciar la reconversión de Dorrío en carrilero por derecha.

Una posibilidad en un duelo en el que la única certeza es que Cristóbal no renuncia a su idea, al fútbol en el que cree y en el que le gusta que el rival le reconozca y que, hasta la fecha este curso, le está costando hasta a él mismo identificar como propio.

Un sistema en el que las agallas serán las únicas fijas en el once de mañana en Ipurua para medirse mañana, sábado, al Eibar (14.00 horas, LaLiga TV Hypermotion). Resta por confirmar si comparecerán o no en el duelo y en qué grado.