El sueño incumplido de Isidro Silveira, La ciudad deportiva del Racing de Ferrol
OPA RACING

El expresidente del club ya quiso construir un gran complejo en los terrenos de la estación de radio de Mandiá en el 2001, pero no fue posible
16 feb 2025 . Actualizado a las 23:13 h.La ciudad deportiva que el Grupo Élite, accionista mayoritario del Racing, promueve ahora, no sin hacer frente a grandes dificultades, no es algo nuevo, fue desde hace años una vieja aspiración de las distintas directivas que han estado al frente del equipo ferrolano. Isidro Silveira, tras el ascenso a la Segunda División, se lo propuso en firme. Tras buscar distintas opciones se decidió por los terrenos en los que se ubicaba la antigua estación de radio de La Armada en Mandiá, los mismos que ahora pretende el Racing, aunque no fue posible. Su intención era comprarlos, aunque en aquel momento estaban pendiente de la firma de un convenio entre el Concello de Ferrol y el Ministerio de Defensa. En aquella etapa Isidro Silveira soñaba con que el Racing tuviera un propia marca de ropa y pretendía abrir tiendas para vencerla en Ferrol y también a través de internet.
El de la ciudad deportiva era un reto ambicioso, aunque posible en aquel momento. El club se acababa de transformar en una Sociedad Anónima Deportiva (427 millones de pesetas de capital social) y había dinero en caja. No se podía descapitalizar la sociedad, aunque sí invertir una parte en patrimonio para el club.
Paralelamente a la ciudad deportiva, Isidro quería fortalecer la estructura de la cantera del Racing. Puso en marcha un convenio con el Galicia de Caranza y posteriormente otro con el San Rosendo. Posteriormente, encargó un proyecto a Roberto Amado sobre cómo estructurar el trabajo con la cantera. Todo se quedó en ideas, sueños y proyectos y nada salió adelante.

El primer equipo del Racing entrenaba donde podía y lo mismo los equipos de base de la entidad ferrolana.
Años más tarde, con el traspaso al Recreativo de Huelva del delantero nigeriano Ikechukwu Uche, el club recibió cuarenta millones de las antiguas pesetas. Isidro Silveira empleó este dinero en la construcción de dos campos de fútbol ocho sintéticos en las inmediaciones del estadio de A Malata. Un lugar en la que había dos pistas polideportivas con suelo de cemento que casi nadie utilizaba. El Racing sacó un enorme rendimiento a estos dos campos de fútbol. Hasta el primer equipo entrenaba en ellos cuando había algún problema para ir a entrenar al campo de Aneiros o a donde se proyectaba. Durante años los equipos de base del club entrenaron y jugaron sus partidos en estos campos. Cada fin de semana era un hervidero de madres, padres o abuelos para ver los partidos, en especial de los más pequeños. Incluso, gracias al trabajo de Gaspar, el manitas que tenía el Racing para solucionar los pequeños detalles que iban apareciendo en las instalaciones de A Malata se les dotó de iluminación artificial para sacarles el máximo partido.
Hoy en día, los campos están ya muy deteriorados. Se le hizo alguna labor de mantenimiento pero acabaron inservibles. Ya nadie del Racing trabaja en ellos. En uno de ellos alguna agente sigue echando alguna pachanga los sábado o los domingos por la mañana, mientras que el otro se le han sacado hasta las porterías para que la gente no se cuele a jugar.
La construcción de estos dos campos de fútbol fue lo más cerca que estuvo el Racing de contar con unas instalaciones propias para trabajar, tanto el primer equipo como la base. El tema de la ciudad deportiva quedó en el olvido. Una parte de capital social se fue utilizando para pagar las deudas que iba generando al club temporada tras temporada, por lo que el tema de la ciudad deportiva se paralizó, hasta que ahora, el Grupo Élite, los actuales propietarios del Racing, han vuelto a sacarlo a la actualidad, como una oportunidad de crecimiento para el Racing y además comenzar a dotar al club de un patrimonio propio.
Isidro Silveira centro parte de sus esfuerzos en adecentar el campo de entrenamiento anexo al estadio de A Malata, sin un drenaje adecuado, anegado durante los meses de invierno, aunque fue imposible. Se habló de compromisos de la Xunta y Diputación para adecentarlo e incluso construirle una pequeña grada para los aficionados, aunque nunca se hizo nada útil en este campo. Actualmente, al igual que los dos campos de fútbol ocho de hierba sintética está inservible, es una selva llena de plantas silvestres. Durante un tiempo hasta los jabalíes camparon a sus anchas en esta instalación deportiva que nunca fue funcional.