DUDAS PELIGROSAS

La Voz

OPINIÓN

ERNESTO S. POMBO MUY AGUDO

31 may 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

En noviembre de 1947, Winston Churchill sorprendió a la Cámara de los Comunes al asegurar que «la democracia es la peor forma de gobierno». Claro que inmediatamente añadió que lo es «a excepción de todas las otras formas que se han experimentado hasta ahora». Desde entonces la idea del estadista inglés figura en todos los manuales básicos de contenido político, histórico y social y ha sido repetida hasta la saciedad. La democracia es lo mejor que podemos tener. Y los españoles lo sabemos bien. Porque el nuestro es un país que ha tenido que sufrir durante décadas y entregar la vida de muchos de sus ciudadanos para poder recuperarla. Por eso, cada vez que sobre nuestro sistema se cierne alguna amenaza, debemos de mostrarnos implacables. Socialistas y nacionalistas coinciden estos días en denunciar el pucherazo que con el voto emigrante prepara el Gobierno de Galicia para las próximas elecciones autonómicas. Y sólo como muestra, apuntan que en el censo hay personas con 115 años o más y que en Argentina están registrados más de tres mil votantes que han logrado alcanzar los 105 años de edad. Habrá que pensar en irse a vivir para allí. O tomarse a broma el censo. La denuncia resulta, cuando menos, preocupante. Que, después de 25 años, existan serias dudas sobre la transparencia de un proceso electoral causa inquietud y desasosiego. Por el bien de la democracia y de quienes la defendemos. Es una acusación extraordinariamente seria y grave, porque o respetamos las reglas básicas o esto es una bufonada. Si tras la acusación, nacionalistas y socialistas disponen de pruebas, deben de hacerlas públicas y acudir inmediatamente a la Justicia. Si no es cierto, la Xunta tiene el deber de despejar el panorama. Con rotundidad. Sin dejar ni una sola sombra. Los desmentidos realizados hasta ahora resultan poco concluyentes. Y el asunto es demasiado serio para quedarse sólo en las páginas de los periódicos. Una de las dos partes, socialistas y nacionalistas, o el Gobierno gallego, está mintiendo. Y lo hace con un asunto extremadamente sensible. Pucherazo es una palabra que tenemos desterrada de nuestro vocabulario. Recuperarla sería volver a los tiempos de Primo de Rivera. A la España más negra. Por eso, a quienes se les ha encomendado liderar un proyecto democrático no pueden actuar con insensatez. Quien actúa irresponsablemente está oponiéndose a lo que es una democracia. Y uno de los dos se opone.