PODRÍA DEFINIRSE la guerra convencional, o limitada, como aquélla que se desarrolla entre países que tienen arsenal nuclear pero que deciden no utilizarlo, haciéndolo solamente con armamento convencional (tanques, cañones, buques de guerra, aviación, etcétera). Dos de las confrontaciones bélicas más significativas de este tipo fueron las guerras de Corea (1950-1953) y Vietnam (1965-1973). En la primera de ellas, además, se produjo un severo enfrentamiento entre el poder militar (general Mac Arthur) y el poder civil (presidente Truman), pues el primero quería ocupar totalmente Corea del Norte, rebasar la frontera china y emplear armamento atómico «para acabar con el comunismo de una vez». Al final se impuso Truman y Mac Arthur fue cesado, aunque, a su vuelta a Estados Unidos, sería recibido en Nueva York, en loor de multitudes, por un millón de personas. El Mac Arthur de Vietnam fue Barry Goldwater, candidato republicano a la presidencia. Goldwater, que había sido general del Ejército y proponía bombardear las presas hidráulicas en la retaguardia de Vietnam del Norte (a la que ayudaban tanto Rusia como China) y emplear armamento nuclear. Afortunadamente, fue derrotado en las elecciones por Johnson. Otras guerras convencionales donde uno de los contendientes tenía armas de destrucción masiva pero no se usaron fueron la de las Malvinas (1982), entre Inglaterra y Argentina, y la más reciente del Golfo Pérsico (1991) que enfrentó a Irak con las fuerzas de la Alianza. La próxima parece evidente que va a ser la de Estados Unidos contra Irak, aunque de George Bush uno puede esperar cualquier cosa.