Artículo publicado el 25 de febrero del 2003. Los dibujos animados de Shin Chan arrasaban en todas las televisiones autonómicas que lo tenían en su parrilla. Y cuanto más triunfaba, más polémica desataba. La oposición (del PP o del PSOE, segun la autonomía) quería alejarlo de los horarios infantiles
08 may 2019 . Actualizado a las 14:26 h.Capacidad para la paranoia Es bajito, cabezón, irreverente, machista, procaz... Sólo es un niño de cinco años. Ni siquiera eso, es un dibujo animado. Pero tiene mucho peligro. Ha mostrado su increíble capacidad para provocar paranoia en los políticos. En las comunidades en las que gobierna el PP, la oposición se lo quiere cargar. Y en las que no gobierna, es el PP quien persigue a Shin Chan. Demasiada audiencia De todos los programas emitidos el lunes por TVG, sólo el Telexornal del mediodía tuvo más audiencia que el rijoso dibujo animado. Desde hace meses, la televisión gallega, atendiendo algunas (o muchas) quejas, lo ha descabalgado de Xabarín Club , pero no lo ha retirado del alcance de los niños. No resulta fácil renunciar a un share que supera cada día el 25%. Con las bragas en la cabeza Shin Chan se pone las bragas de su madre en la cabeza, muestra una intensa curiosidad por el sexo y se baja los pantalones para dibujarse unas orejas de elefante de manera que su pequeña pistoliña parezca la trompa. Por cosas como ésas se puede montar una tormenta política, aunque el personaje haya sido, por ejemplo, imagen de Unicef. El sexo, elemento clave Zipi y Zape eran un pésimo ejemplo escolar. El botones Sacarino tenía un punto sádico (por no hablar del dire y del presi ). Mazinger Z era una máquina destructora. ¿Y Shin Chan? ¿Dónde está la perversión del revoltoso enano japonés? En el sexo. Al parecer, los niños pueden ver cualquier cosa excepto aquello que se refiera a las sacrosantas cuestiones sexuales.