HACE CASI diez años escribí un artículo titulado O mar pode con todo en el que lamentaba que semejante filosofía nos había ofuscado de tal manera que creíamos que el mar, por su inmensidad, era capaz de soportarlo todo. Desde siempre hemos utilizado las rías como vertederos para todo tipo de residuos y productos indeseables, porque creemos que en el mar se desvanecen mágicamente al desaparecer bajo la lámina superficial. Por ello no debe extrañarnos que para las autoridades competentes los nefastos efectos de la marea negra del Prestige se reduzcan al negativo impacto visual que, sobre rocas y arenales, provoca el chapapote. En cuanto el negro manto de fuel desaparece bajo las aguas, se afanan con premura en afirmar que la costa está «recuperada». Se propaga que «las playas gallegas retienen 57 banderas azules, pese a los efectos del Prestige» . Les basta una inspección visual y una cata en la arena, para afirmar que la playa está «esplendorosa». Pero ¿dónde están los resultados analíticos que confirmen que los intersticios (minúsculos espacios que dejan entre sí los granos de arena, y que constituyen una trampa para los contaminantes) están libres de los peligrosos PAHs (hidrocarburos aromáticos policíclicos)? Y si esto es así en la parte emergida, ¿qué es lo que acontece bajo las aguas? Por los informes del IEO (Instituto Español de Oceanografía), realizados desde enero, sabemos de la presencia de cantidades apreciables de fuel en los fondos de la costa y de la plataforma continental, donde representan un grave problema por la imposibilidad de su extracción. Estos días se difundió que las cantidades de fuel en estos fondos se habían reducido notablemente. ¿No será que el movimiento de las aguas lo ha dispersado? O es que mágicamente el chapapote desaparece bajo el mar. Uno sospecha que las cosas no deben de ser tan sencillas. Cuando un reciente y desolador informe del IEO (Seguimiento de los efectos del Prestige en la pesca demersal gallega) no se divulga, no es difícil adivinar la razón. En él se dice textualmente que «hay presencia de fuel en todos los estratos y profundidades prospectadas (entre 68 y 366 metros) y si se produce la apertura de la veda en la zona, el 77% de la pesca de especies de interés comercial no podrá ser utilizada para su comercialización». ¿A qué nos atenemos? ¿hay fuel en los fondos como dicen los científicos del IEO o están «esplendorosos» como el ojo mecánico del Nereus dice haberlos visto? Desgraciadamente hay indicios que son inequívocos: las especies que han soportado los efectos del Prestige desde el primer momento, nos dirán, con el paso del tiempo, si el radical descenso de capturas de algunas de ellas son debidas a los caprichos de la naturaleza o es que están sufriendo directamente los negativos efectos del fuel del Prestige. ¡Ah! Que nadie se olvide de los PAHs, no vaya a ser que como no se ven creamos que se volatilizaron bajo las aguas. Tres años después del Mar Egeo persistían altas concentraciones en las arenas del canal de la ría de Ferrol.