LOS BRINCOS son uno menos. Como antes les sucedió a los Beatles con Lennon y Harrison, el conjunto español más popular de la segunda década de los 60 perdió ayer a uno de sus miembros fundadores: Fernando Arbex, que después de un comienzo con el grupo Los Estudiantes, llegó a la mítica formación que le daría fama tras unirse a Juan Pardo, Antonio Morales Junior y Manolo González. Salvando distancias, los Brincos fueron como los Beatles españoles -desde luego más Beatles que Rolling- y sus temas, la mayoría de producción propia, alcanzaron gran popularidad durante más de una década: Flamenco, A mí con esas, Nadie te quiere ya, Sorbito de champán, Renacerá, Tú me dijiste adiós, Lola o Amiga mía fueron títulos que alcanzaron gran popularidad en las listas del momento. Tras la marcha de Juan & Junior, Fernando Arbex permaneció en Los Brincos algún tiempo, pero ya no fue lo mismo, y después de la desaparición del grupo se dedicó a las producciones musicales, obteniendo más de 50 discos de oro. Arbex trabajó para artistas como Miguel Ríos, Miguel Bosé, Harry Belafonte, Camilo Sesto, José Feliciano o Nana Mouskouri, e incluso Elvis Presley llegó a grabar la versión inglesa de The Mouth Organ Boy , aunque no llegó a editarse. La música sinfónica tampoco fue ajena a Fernando Arbex, y entre sus composiciones en este género destaca el Himno de la vida, que hizo por encargo de Yaser Arafat, presidente de la Autoridad Palestina, y que grabaron la London Philarmonic Orchestra, el coro infantil de la catedral de San Paul de Londres y el Orfeón Donostiarra. También es obra de Arbex La Maja de Goya, con libreto de Vicente Escribá y grabación de la Filarmónica londinense. Los restos de Fernando Arbex serán enterrados hoy en Torrelodones.