hablar.bien@lavoz.es «SUS CONTINUAS puyas dirigidas a los políticos en el poder, no solamente son sanas, es que además son necesarias en una sociedad que presuma de salud y buen humor», escribe un comentarista de televisión. Es frecuente el empleo de puya y puyazo con el significado de 'dicho agudo con que se hiere o humilla a alguien'. Según el Diccionario académico, la puya es la vara o garrocha del picador y del vaquero, y el puyazo, la herida que se hace con la puya. Para designar el dicho humillante utiliza pulla, y registra también pullazo, aunque limita el uso de éste a Venezuela. La voz pulla aparece ya en el Diccionario de autoridades: «Dicho obscéno ú sucio de que comunmente usan los caminantes, quando se encuentran unos à otros, ú a los labradores que están cultivando los campos, especialmente en los tiempos de siega y vendimias. Y tambien se suelen usar entre las familias por burla de carnestolendas». Tras esta espeluznante descripción de lo que ocurría en los caminos de la España del XVIII, añade esta acepción: «Se toma tambien por expresión agúda y picante, dicha con prontitud». La evolución del Diccionario en el tiempo nos deja estas definiciones de pulla: «1. f. Palabra o dicho obsceno. 2. f. Dicho con que indirectamente se humilla a alguien. 3. f. Expresión aguda y picante dicha con prontitud». Hace doscientos años se usaba puya por púa, que, además de un objeto agudo y delgado acabado en punta, era, metafóricamente, 'la cosa no material que causa sentimiento y dolor interno'. Hoy parece de justicia legalizar el uso de quienes lanzan puyas por pullas, pues la puya es un objeto punzante que admite el uso figurado para herir a alguien, aunque no en su carne, sino en su orgullo. Así la emplea Juan Ramón Jiménez en Platero y yo: «Y con un rescoldo avivado súbitamente, luz de dentro y luz de la alcoba anochecida, fundidas en sus ojos, la puya irónica usual: "Usted siempre con su aire de violinista ruso sin contrato"».