Formas de ego

| FRANCISCO RÍOS |

OPINIÓN

15 nov 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

hablar.bien@lavoz.es EL INUSUAL comportamiento de una joven participante en un concurso de televisión, una de cuyas manifestaciones consiste en hablar de sí misma en tercera persona, causa desasosiego a muchos espectadores. Hay quien llega a atribuir la actitud de la morena de la copla a algún tipo de desarreglo. La condición de espectáculo de la televisión apunta a otras posibilidades. Quien observe a aquélla con mirada desprovista de prejuicios podrá concluir fácilmente que está muy bien. Son varios los desórdenes relacionados con los excesos del ego. La Academia Española cataloga en su Diccionario cuatro de raíz etimológica común: el egocentrismo ('exagerada exaltación de la propia personalidad, hasta considerarla como centro de la atención y la actividad generales'), el egoísmo ('inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás'), la egolatría ('culto, adoración, amor excesivo de sí mismo') y el egotismo ('prurito de hablar de sí mismo', y en psicología, 'sentimiento exagerado de la propia personalidad'). Destacan más por lo que es común a todos ellos que por los matices que los diferencian. Hay una quinta voz sin registro lexicográfico, egomanía, que podría definirse como el 'amor patológico por sí mismo': «Esta secuencia -citamos de un diario de Barcelona- se repite cada madrugada en varios programas de radio, y cualquier egomaníaco, bromista o psicópata puede darse el gusto». En varias lenguas próximas al español existen familias léxicas muy similares. Así, francés, portugués, gallego, catalán e italiano tienen prácticamente las mismas voces, sin más diferencias que algún acento o un par de letras. En inglés, algún diccionario añade egomania ('obsessive love for oneself and regard for one's own needs'), de cuyo empleo en español -con tilde- y portugués se van acumulando testimonios. Está claro que en todas partes hay personas que sólo se dedican a mirarse el ombligo.