Rebelión en el vestuario

| ERNESTO S. POMBO |

OPINIÓN

22 sep 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

AHORA que a José Antonio Camacho se le ha quedado casi en blanco la agenda, bien estaría que diese una vuelta por Galicia para exponer en determinados foros su última experiencia. Resultaría muy provechoso. Camacho acaba de abandonar el banquillo del Real Madrid porque se sentía incapaz de pacificar el vestuario. Y es que los vestuarios son siempre difíciles de llevar, sobre todo si están poblados por Raúles, Robertos Carlos, Gutis, Cuíñas y Baltares. Lo que le ocurrió al ya ex entrenador madridista lo sabemos todos. Que se le rebeló el vestuario. Que los líderes del equipo estaban molestos con su forma de trabajar. Que los barones plantearon exigencias. Que se insubordinaron. Que todos a coro, comenzaron a desautorizarlo y a hacer públicas las diferencias. Y que, pese a que intentó cambiar el rumbo con reuniones y comidas, cuando fue consciente de que era incapaz de pacificar lo que estaba más cerca de ser un gallinero que un club de fútbol, optó por lo que la conciencia le dictó. Marcharse dignamente. La crisis del Real Madrid tiene estos días un fiel reflejo en la política de Galicia. El vestuario del PP se ha rebelado contra su entrenador y directivos. Porque no le agradan los cambios. Porque los barones no quieren estar sentados en el banquillo, sin poder ejercer su influencia. Y porque reclaman protagonismo. El vestuario del PP gallego, el que contribuyó a ganar campeonatos y a darle honores, no se resiste a no tomar las decisiones. A hacer la alineación Así que aquí hay alguien que no manda en el vestuario. Alguien a quien le están echando un pulso para lograr mejores posiciones. Aquí hay quien está dando claros síntomas de debilidad. Por eso no le vendría nada mal una charla con Camacho. Para ver si le explica qué decisión es la que hay que tomar en estos casos.