ESPAÑA va bien. Antes lo decía José María Aznar y ahora lo sostiene José Luis Rodríguez Zapatero. Es una afirmación que parece corresponderle a quien está en cada momento al frente del Gobierno. Y así se escenificará hoy y mañana en el debate sobre el estado de la nación. Con Mariano Rajoy en la tarea opositora de demostrar que todo lo que no ha empeorado en el último año está ya a punto de hacerlo. Es lo malo de la política: su predecibilidad. Pero no por ello deja de ser apasionante. Porque, mal que bien, cada uno tendrá que argumentar sus aseveraciones y, en medio de esos ejercicios, siempre es posible formarse una opinión y evaluar los distintos mensajes. Lo cierto es que el debate llega en un momento oportuno para clarificar aspectos relevantes de nuestra vida pública. Y todo hace pensar que los líderes políticos estarán a la altura de las circunstancias. En este sentido, Zapatero presentará un modelo único de financiación autonómica, igual para todos (excepto para Euskadi y Navarra) y con mayor autonomía fiscal, y reivindicará la vigencia del Pacto Antiterrorista aprobado hace cinco años y que hoy atraviesa un mal momento. Con sólo estos dos asuntos sobre la mesa se puede afirmar que el debate promete y suscita interés. Hay además otras cuestiones que también tendrán su lugar, como la propuesta de dotar de estabilidad a la acción de Gobierno, un punto éste en el que ERC ha instado al PSOE a «atar ya» un acuerdo «más estable», a cambio de ciertas contrapartidas. Una de las claves del debate estará en la actitud de PP, que considera que el Pacto Antiterrorista «está vigente y es útil y eficaz», pero que lo convierte en inútil e ineficaz «quien lo incumple y no lo aplica» (en referencia a la negativa de Zapatero a recurrir la candidatura del Partido Comunista de las Tierras Vascas). Es éste un punto delicado, porque el PSOE puede tener la tentación de ampliar el pacto incluso a costa de orillar a un PP demasiado rígido. La voluntad de Zapatero de avanzar por el camino que entrevé abierto en Euskadi lo condicionará todo y a todos. Pero no es previsible que se rompa nada. No sería bueno ni fácil de explicar. Porque España va bien, ¿no?