FUE el primer deportista español que se tiñó el pelo de rubio y eso en los años 50 estaba mal visto por las autoridades franquistas, pues no había que olvidar que a otros por menos les aplicaron la ley de vagos y maleantes. Se llamaba Exuperancio Galiana Díaz, pero para el mundo del boxeo fue Fred Galiana. Había nacido en Quintanar de la Orden (Ciudad Real) en 1931 y a los 14 años se trasladó a vivir en Barcelona. Con 19 años se presentó a los campeonatos de España para aficionados, en el peso pluma. Cuatro años después obtuvo el título nacional en esa categoría. En 1955, ya como pluma, ganó el campeonato de Europa en París a Ray Famechon, revalidándolo después ante Jules Touan. El Caudillo le recibió en audiencia en el Palacio del Pardo, pues no había que olvidar que su médico particular, Vicente Gil, era también presidente de la Federación Española de Boxeo. Más tarde hizo una gira por Argentina, en donde actuó como cantante de flamenco, abandonando el boxeo durante algún tiempo. Pero como cantaba mal, volvió a las doce cuerdas, arrebatando el título nacional de los ligeros a Manolo García. Optó dos veces al campeonato de los welters, pero fue derrotado. En 1964 se retiró definitivamente del boxeo. Montó una cafetería, que acabaría en fracaso. Trabajó en dos películas ( Escuela de periodismo y Es mi hombre ) e hizo de actor teatral. Al final, afectado por la enfermedad de Alzhéimer, fue internado en una residencia geriátrica de Orihuela, en donde falleció.