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Leonor

| JUAN J. MORALEJO |

OPINIÓN

03 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

DEBO suponerlos informados de que ha nacido Leonor. De momento, 4-1 a mi favor ¿En qué Babia social e histórica andarían perdidos en 1978 los redactores del artículo 57.1 de la Constitución y su peregrina preferencia del varón y exclusión de la mujer? En el baúl de los recuerdos se les quedó la tremolina que se armó en el XIX con la coartada de tiquismiquis sucesorios para discutir lo importante, a saber, si habría libertades y derechos individuales o si habría la tranquilidad que viene de tranca. Será novedad que doña Leonor pase por Tierra, Mar y Aire antes de ser Majestad. Habría más novedad si tuviese que pasar por Parga en invierno o por Monte la Reina en verano, por citar un par de situaciones que el feminismo olvidó cuando, en tiempos de mili obligatoria, reivindicaba la igualdad, pero sólo de teniente para arriba. Y volvemos a lo del nomen omen, al nombre como declaración de carácter, capacidades, etcétera de su portador. Apenas supimos de Leonor llovieron las etimologías y mejor era la sequía o un escampiño rápido porque por enésima vez certificamos que la etimología es el despeñadero de la fantasía sin criterio y el terreno mejor para que cada listo calixto le dé caña a su antojo particular por el método que Caro Baroja, zumbón ácido donde los hubiera, llamaba «del sonsonete». Para el origen de Leonor, variante de Eleanor, Elinor, etcétera, hay inseguridad y lo menos improbable es que sea de origen árabe, Alinor, 'Dios es mi luz', y con la boca pequeña me atrevo a suponer que se descomponga en Al- 'Dios' (Alá) y nor 'luz', que también tenemos en el diamante Koh i Nor, 'Montaña de luz' que luce doña Elizabeth y cualquier día lucirá Camila, a juego con las orejas consortes. Echen a la papelera todos los desbarres sobre el origen griego del nombre Leonor o Eleanor y su relación con Elena. Son ejemplos de la etimología del «sonsonete», en especial la de Eleanor como 'compasiva del varón', pues en griego puro y duro Eleanor no existe y sólo podría ser nombre masculino, de varón, como lo es Nicanor. Con igual criterio podríamos concluir que Leonor ¡ya lo dice la palabra! es 'Leona del Noroeste' y a lo mejor nos caen unos euros para el AVE. O también es 'La que lee con honor' y tendremos reina en línea con el excelente latinista que fue su antepasado don Gabriel de Borbón, hijo de Carlos III. Bueno, le deseamos a doña Leonor no menos currículo que a la Leonor de Aquitania que hizo popular el nombre; le deseamos mucho mejor suerte que a la pobre Eleanor Rigby de los Beatles y queremos presumirla ya tan llena de energías y virtudes como la Leonora que hace ahora 200 años justos en Beethoven se disfraza de Fidelio para hacer virguerías de amor conyugal, en el mejor sentido de la palabra, y salvar a su Florestán de las manos del infumable carcelero Pizarro, pero no el de Perú.