MIENTRAS se celebraba la Cumbre de las Américas, el presidente Toledo firmaba una ley, que el Congreso del Perú se apresuró a aprobar por unanimidad, en la cual se declara que una zona marítima de 38.000 kilómetros cuadrados que desde 1950 controla Chile es de soberanía peruana. El conflicto entre estos dos países sudamericanos viene desde la guerra de Chile con Bolivia y Perú que se libró entre 1879 y 1883. Bolivia perdió su salida al mar y ahora depende de sus vecinos para el tráfico marítimo y no puede explotar sus enormes recursos gasísticos. Perú ha sentido siempre el dolor de que sus territorios del sur hoy sean de soberanía chilena. Por eso las relaciones entre los dos países nunca han sido buenas. Mientras que Chile hoy avanza económicamente, Perú y Bolivia están hundidos en la desorganización socioeconómica, proclaman el indigenismo y están más próximos a la revolución bolivariana de Chávez. Perú alega motivos históricos para el enfrentamiento con Chile, entre otros, que este país apoyó a Ecuador en 1995 cuando la guerra con Perú por disputas fronterizas. En América del Sur existen todavía reivindicaciones territoriales que los líderes utilizan a modo de cortinas de humo para ocultar los problemas internos. ¿Puede ser éste el caso? Chile es una nación marítima de gran relevancia y veremos cómo reacciona. Acaba de acoger a Fujimori en su retorno a América. Cómo trate su extradición a Perú será una señal interesante.