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Las tildes y el diseño

| FRANCISCO RÍOS |

OPINIÓN

21 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

UN LECTOR se ha dirigido a un periódico para preguntar por qué éste no luce en la cabecera la tilde que su nombre exige. Entre otras cosas, le han respondido: «La Real Academia nunca estableció explícitamente que las normas pudieran vulnerarse en la acentuación de las mayúsculas, pero estaba muy extendida la idea de que no poner la tilde estaba tolerado». La primera vez que la Academia se pronuncia sobre la acentuación de las mayúsculas es en la Ortografía de 1969: «Se recomienda que en las publicaciones que incluyen listas de términos, no se utilicen mayúsculas, o si así se hace, se mantengan las acentuaciones ortográficas». El consejo se convierte en norma en la Ortografía de 1974, dos años antes del nacimiento del diario al que hacíamos referencia: «El uso de mayúscula no quita la obligatoriedad de la tilde exigida por las normas del presente capítulo». Sin embargo, el director de arte del rotativo nos revela la existencia de una norma superadora de la académica: «La cabecera no es solo un nombre, es un logotipo, y los logotipos no siguen las reglas ortográficas, sino las de diferenciación tipográfica y visual que hacen que se distinga de un golpe de vista una marca de las demás. [...] Véase el caso de Telefonica, que ha eliminado el acento...». Las malas relaciones de algunos diseñadores con la ortografía son asunto poco novedoso. De ellas se ocupó en su momento Lázaro Carreter, concretamente de la mentada tilde de Telefónica: «Ahí tenemos a nuestra vieja compañía -escribió-, hoy abreviada de nombre, casi en tanga, exhibiéndose en letreros por aquí y toda la América hispana como Telefonica, así, monda de tilde. [...] Si surgió alguna aprensión ante la falta de virgulilla, quedó conjurada por el cayado con que han prolongado la efe para dejarlo caer sobre la o siguiente. Pensaron sin duda que los entendidos lo harían valer por tilde, y los otros, aire; o puerta, que es lo moderno». «Nadie niega a la publicidad -seguía el que fue director de la Academia- la licencia profesional de extrañar: atrae chocando. Pero carece de esa venia la simple rotulación, como aquí es el caso: nuestra lengua no puede ser tenida tan en poco». El logotipo en cuestión luce hoy en la leyenda «Patrocinado por Telefonica», entre la portadilla y la portada del Diccionario panhispánico de dudas . Es la obra que ha prometido utilizar como referencia el diario que sigue sin tildar su propio nombre en la cabecera y en cuya página 422 (del DPD, no del periódico) se lee: «El empleo de la mayúscula no exime de poner la tilde cuando así lo exijan las reglas de acentuación». hablar.bien@lavoz.es