El PNV está preocupado

| JOSÉ MARÍA CALLEJA |

OPINIÓN

CON ÁNIMO DE INCORDIAR

13 abr 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

LA ACELERACIÓN de la política vasca permite observar algunos síntomas portadores de futuro. Parece evidente que el PNV está preocupado. Se observan, de forma cada vez más nítida, dos líneas enfrentadas en su interior. Por una parte, el presidente del PNV, Josu Jon Imaz; por la otra, Joseba Egibar e Ibarretxe. Imaz está dispuesto a colaborar con Zapatero y sus palabras animan a la esperanza: lo importante es acabar con el terrorismo, no es tiempo de mesas, hay que evitar el frentismo. Impecable. Y cediendo el protagonismo a Zapatero. Del otro, patético Ibarrexte. Su rueda de prensa al salir de la Moncloa, la semana pasada, marca un hito imposible de superar en las actuaciones de los políticos que no tienen nada que decir, se mueren por decirlo y, cuanto más hablan, más claro dejan que están al margen del proceso. Su lenguaje corporal y su lenguaje verbal proporcionan tal cantidad de información que casi no hace falta preguntarle cuál es su papel en todo esto. Egibar ya saben que es ese señor funcionario del PNV, que viste, calza y habla en términos más radicales que el Otegi de hoy. Los dirigentes del PNV están preocupados por la deriva batasuna de los jóvenes de su partido (EGI). Ahora se sorprenden de que el mensaje radical que les han inculcado en los fuegos de campamento durante años haya calado hasta el punto de que sus cachorros estén dispuestos a ir a una manifestación de HB, a pesar de la prohibición expresa de Josu Jon Imaz. Esto es como el eterno retorno. ETA surge, en 1959, de las juventudes del PNV, hartas de la pasividad de sus mayores, que no movieron un dedo contra Franco . Ahora, en el 2006, con un PNV formado en su mayoría por una flota de burócratas soviéticos, aferrados a la poltrona funcionarial del Gobierno vasco y de sus terminales clientelares, los jóvenes nacionalistas vascos quieren poner a limpio lo que han oído en casa desde pequeños, y les sale irse con Batasuna, percibidos como nacionalistas comprometidos, frente a sus padres apoltronados. Hace unos días, los jóvenes del PNV sacaron pancartas con el lema Independentzia (independencia), cuando fueron rodeados en su sede por gentes simpatizantes de ETA. Qué nivel. De manera que entre el más que previsible beneficio electoral del HB porque ETA deje de matar, la deriva radical de las juventudes del partido y el eventual acercamiento entre PSOE y HB, cuando se haya ventilado la habitación de miedos, el PNV empieza a pensar que los años de poltrona pueden estar en peligro. Llevan tantos años viviendo del aparato que cualquier síntoma lo interpretan en clave de conspiración por quitarles el poder.