12 may 2006 . Actualizado a las 07:00 h.
¿Qué diría el hombre de la fotografía si le dijesen que todo el papel que se almacena a sus espaldas cabe hoy en un diminuto lápiz electrónico? Seguro que Pablo Pérez Constanti, archivero municipal de Santiago a principios del siglo pasado, habría agradecido el avance. En la imagen, don Pablo no tiene una cara demasiado feliz, pero es que igual el fotógrafo lo cogió en un día malo. Los vecinos de la calle que lleva su nombre ya pueden ponerle cara.