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01 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

LA NUEVA Ley de Igualdad, aún antes de que sea discutida en las Cortes y entre en vigor, ya está teniendo repercusiones inesperadas en los más diversos campos. Uno de ellos es el ajedrez. Hasta ahora sólo se le daba jaque al rey para alertar que estaba en situación de peligro, con el fin de que el jugador que recibía el aviso buscase la forma de protegerlo. Esa situación era altamente discriminatoria con relación a la dama, a la reina. Así que, a partir de ahora, cualquier amenaza de eliminar a la reina del tablero de 64 casillas, ha de ser previamente avisada con la frase: jaque a la reina, o bien jaque a la dama. Las partidas de ajedrez finalizarán cuando se coma al rey, en la primera y cuando se coma a la reina, en la segunda y así sucesivamente. Tanto la reina como el rey seguirán conservando sus respectivas movilidades, con clara ventaja para la reina (puede desplazarse cualquier número de casillas) frente al rey que ha de seguir pasito a pasito. Si el rey puede enrocarse, a la reina no se la puede privar de hacer lo mismo. El enroque corto será privativo del rey y el largo se convertirá en un enroque de las mismas características que el del rey, pero se reservará a la reina. Faltaría más. El alfil, el caballo y la torre de rey, serán machos, lo mismo que los correspondientes peones situados delante de estas piezas y del propio rey. En justa correspondencia, el alfil, el caballo y la torre de reina serán hembras, igual que los respectivos peones. Esto no ha hecho más que empezar.