SIN CONOCER oficialmente las causas del accidente ocurrido en Valencia, es difícil pronunciarse, dando por hecho que un transporte público como el Metro, sobre el que se ejercen tantos controles, garantiza estándares elevados de mantenimiento de la vía, de revisiones constantes en el material móvil, inspecciones periódicas... Por tanto, con la información de que disponemos el conjunto de la población hasta ahora, estamos ante un suceso con incógnitas que no se pueden explicar fácilmente. Lo que se puede afirmar con carácter general es que los medios de transportes que van por raíles tienen una accidentabilidad más baja que otros medios de uso masivo y cotidiano como la carretera. Un dato muy positivo es que, a diferencia de lo que ocurre en la carretera o las vías urbanas, en el caso que nos ocupa los técnicos llegarán a determinar con precisión la causa del accidente de Valencia, con lo cual -añado- será posible corregir las anomalías que hayan podido producirse; y en definitiva evitar la repetición de situaciones de riesgo. ¿Qué sucede? Que los accidentes de carretera o en vías urbanas son asumidos en cierta forma con resignación, incluso cuando las cifras que se divulgan son las que todos conocemos. Sin embargo, un accidente de metro -al que no hay que restar importancia, desde luego- tiene un tratamiento informativo muy relevante. ¿Será por la excepcionalidad de que una cifra de víctimas tan elevada se haya registrado en un medio de transporte al que no se relaciona con la accidentabilidad? El metro es el medio ideal en las grandes ciudades metropolitanas, es un modo de transporte caro en la inversión inicial, pero rentable a lo largo de los años, económica y socialmente. No compite con otros modos de transporte, no ocupa espacio en la superficie, tiene unos niveles de seguridad altos y es perfectamente sostenible, porque no causa graves problemas de contaminación, ni atmosférica -salvo por el consumo de electricidad, naturalmente- ni acústica. Para comparar la seguridad del Metro con otras modalidades de transporte colectivo y privado, basta con fijarse en el número de viajeros y el número de accidentes registrados en la historia. Sólo en un año, el Metro de Madrid transportará alrededor de 700 millones de personas; y el servicio de Cercanías -otro medio sobre raíles- unos 200 millones más. Una ciudad como Madrid, una comunidad como la madrileña, se colapsaría si desde las instituciones no se siguiera impulsando su expansión, tan sencillo como eso. En la Comunidad de Madrid se dispone de una red de cercanías que debería seguir creciendo. Es idóneo para atraer a la capital a aquellos ciudadanos que a continuación, y gracias al Metro, se distribuyen dentro de la ciudad. Madrid ha dado un impulso continuo en los últimos años a su red de Metro, como en su día lo hicieron ciudades como París, Moscú, Londres o Nueva York. El accidente de Valencia se investigará y se conocerán sus causas, aprenderemos de esta dolorosa experiencia y seguiremos considerando el Metro un medio seguro, rápido.