Hubo un tiempo en el que Deportivo y Celta dominaban en la Liga española, pero? el espacio que le dedicaban los informativos nacionales seguía siendo ridículo comparado con el de Real Madrid o Barça. Ese ninguneo siempre ha sido la mejor metáfora del centralismo del país, retratado en los mapas de infraestructuras viarias, que parecen radios de ruedas de bicicleta con centro en esas dos ciudades. La desproporción no se produce solo a nivel futbolístico-informativo, sino que ocurre también en el mundo de la ciencia. En los pasillos de facultades y centros de investigación de aquí se oyen a veces las siguientes conversaciones: «En Galicia va a ser difícil que trabajes en lo tuyo, tienes que irte a Madrid o Barcelona». Un informe realizado por la revista Nature lo certifica: en la lista de las capitales mundiales de investigación, las dos están en una situación que supera a la de las zonas de la periferia en una escala que no es proporcional a la diferencia de población. Barcelona es ya, además, el principal polo científico del sur de Europa. Se nota que el AVE no ha sido la única apuesta política en Cataluña.