La marca España

Gerardo González Martín EN DERREDOR

OPINIÓN

11 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Políticos, grandes empresarios con inversiones en el extranjero, comunicólogos y toda suerte de gente está preocupada entre nosotros por revitalizar la marca España. Por potenciar la imagen del país que disputa liderazgos con las energías renovables, la moda, la proliferación del AVE o la nada despreciable cantidad de automóviles exportados?

Pero una cosa es cómo queremos que nos vean y otra cómo nos ven o se empeñan en presentarnos algunos. Llegan los americanos del Norte, con alguna universidad por medio, e invitan como a una gloria a Sara Montiel, la protagonista de tanta y tanta película casposa, aunque alguna se salvará entre tantas, y además la cupletista nos descubre que apostó buena parte de lo que ganaba a la burbuja inmobiliaria. Y la siempre sorprendente Esperanza Aguirre concede una alta condecoración a Santiago Segura, el Torrente taquillero pero también el más burdo humorista español de todos los tiempos. Como no es bastante, dos glorias nacionales, gurús para muchos demócratas del país durante decenios, Serrat y Sabina, venden una imagen equívoca de España en la que prima nuestro aspecto de colonizadores sin entrañas. Y por si fuera poco, en el mundo de la restauración, uno de los más reconocidos, se lían a sartenazos dialécticos por quítame allá un puesto arriba o abajo en un ránking.

Desde dentro y desde fuera se empeñan en darle argumentos al embajador norteamericano que dijo hace poco que nuestro país «solo vale para el flamenco y el vino tinto».