Matar en nombre de Dios

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

16 sep 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Donde hay incultura, ignorancia, frustración, miseria, surge la violencia. En el marido maltratador, acomplejado, inseguro -si me dejas te mato-, en el abusón, el déspota. En el creyente fanático -si te ríes de lo que yo creo, te mato-. En el terrorista vasco, en el nazi, en el musulmán furioso, en el católico que quemaba brujas -realmente no hay que ser católico para quemar brujas-, en el mormón que te corta las barbas. La religión solo vale si es buena, si sirve para elevar al hombre, si predica la piedad, la comprensión, el perdón, la amistad, la alegría. Pero no sirve, de ninguna manera, si lo único que aporta es sensibilidad. Ese sentimiento tan frágil que cualquier gamberro puede romper como una copa de cristal para que se desate el dies irae, el día de la ira. Yo creo que hace mal Hilary Clinton al hablar de no sé qué vídeo. El mal no está en un vídeo insultante. El insulto -yo de pequeño insultaba a mis hermanos y aún ahora, a veces, a algún idiota que me acosa en la autopista (por cierto, idiota es insulto)- no merece la muerte. De hecho apenas merece nada. Lo malo no es el insulto, lo malo es la sensibilidad religiosa que no acepta que nadie se ría de tus creencias. ¿Por qué? ¿Crees realmente que son risibles? Todas las religiones debían tener un primer mandamiento que diga: «A lo mejor estamos equivocados», y después todos los demás. Porque el que mata al embajador americano acaba matando a su propia mujer.