Ya está aquí. Toca Bond. Toca evadirse con malos muy malos, y guapos y guapas. Evadirse por un rato sin más complicaciones ni aspiraciones. Como además James Bond está de aniversario, se ha escrito casi todo sobre las películas. Los Bond son una familia internacional y con una licencia muy exclusiva. Cada uno tiene su favorito. Pero hay una curiosidad llamativa que se ha contado estos días y que no fue buscada a propósito por los productores. Cada actor que ha hecho de Bond en el cine es de uno de los países de Gran Bretaña. Y todos viven. Sean Connery es escocés. Roger Moore nació en Londres, inglés por tanto. Timothy Dalton vino al mundo en Gales. Pierce Brosnan es irlandés. Incluso son una especie de representación de la Commonwealth, porque el James Bond menos conocido de la gran pantalla, George Lazenby, es australiano, de Nueva Gales del Sur. Inglaterra es la que sale ganando. El actual agente secreto, el que repite y estrena ahora, es Daniel Craig, que es de Chester, una ciudad fronteriza con Gales pero inglesa. Craig creció cerca de Liverpool y es un James Bond oscuro que inquieta y funciona muy bien. El prefijo a marcar es, sin duda, 007.