El euro sanitario

Gerardo González Martín EN DERREDOR

OPINIÓN

09 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Cabe dudar de que Esperanza Aguirre pueda poner en su boca de fervorosa cristiana un deseo para Rajoy, un correligionario, con las mismas palabras que Rommey le ha dedicado a su adversario Obama: «Rezo para que el presidente tenga éxito en guiar nuestra nación». La expresidenta de la Comunidad de Madrid, desde su presidencia del PP madrileño, ha defendido a su sucesor en la Administración autonómica en la aplicación del euro por receta con una denuncia sobre la incoherencia del presidente del Gobierno al subir impuestos, en contra de su posicionamiento inicial. Así las cosas, no es extraño que algunos medios hayan considerado la tasa del euro por receta una medida que, además de perjudicar a los madrileños, da una patada en el trasero de estos destinada a Rajoy.

No le falta razón a Aguirre, aunque se podía aplicar la autocrítica, porque su caso es el mismo que denuncia, con la diferencia de que ahora ella pueda actuar por persona interpuesta, como es el caso de Ignacio González, fiel acólito de sus políticas. En el nuevo copago acumulado se da además un hecho inquietante: el PP, único partido netamente nacional o estatal que nos queda, no puede plantear sin sonrojo medidas que discriminen a unos españoles respecto de otros. Y el Ejecutivo de Rajoy está obligado, por coherencia, a llevar al Constitucional a la autonomía madrileña del mismo modo que ha anunciado que lo hará con la catalana por el euro por receta. No puede haber reinos de taifas mejor tratados que otros por coincidencia ideológica y partidaria.