La maldición de Moctezuma

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

25 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

E scribo hoy esta columna desde el otro lado del océano, desde la ciudad de México, la inmensa urbe donde vive el hombre más rico del mundo y mayor accionista del Real Oviedo, equipo de fútbol de Segunda B. Aunque debo decir que cuando uno vive en la ciudad de Amancio Ortega eso impresiona bien poco. El presidente Calderón, que se va, quiere que los estados unidos desaparezcan del nombre de su país, que se llame solo México. Pero nadie nunca le ha llamado de otro modo. Y a mí me viene a la cabeza, cuando camino por las calles rotas por las raíces de árboles inmensos, la tremenda narración de Concha Castroviejo. La novela se llama Los que se fueron, y el que esto escribe la rescató con bien poco éxito hace unos años. Gallegos hubo a los que esta ciudad marcaría para siempre, entre ellos el gran Madariaga, que tanta falta nos hace en un momento de zozobra como el de estos momentos, que diría Juan Carlos. José Moreno Villa, malagueño y poeta, acompañó a Machado a morir bajo el sol frío de Colliure, y luego se vino a México a vivir y morir con dignidad. Esta es tierra de hombres como Francisco Madero, que logró con su asesinato unir a todos los mexicanos, amigos o enemigos, bajo la bandera de la democracia. Hombres como Lázaro Cárdenas, que recibió a nuestros niños de la guerra. México, que me trae siempre a la cabeza la inmensa novela de Malcolm Lowry, Bajo el volcán, es un país excesivo, irreal, un decorado de la Metro. Y lo peor es que esta vez me ha pillado la maldición de Moctezuma.