Los viajes de Moliner

Ignacio Bermúdez de Castro
Ignacio Bermúdez de Castro PASOS SIN HUELLAS

OPINIÓN

22 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Gonzalo Moliner, presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, está molesto por tener que viajar en clase turista. Considera que ello no ofrece la mejor imagen de quien ostenta un cargo como el suyo.

En este país son muchos los que se creen descender de la pata del Cid, y don Rodrigo Díaz de Vivar tenía dos patas como todo hijo de vecino. Por mucho que sean legión los representantes públicos que dicen proceder de dicha extremidad inferior del esposo de doña Jimena. Los que tienen muchas patas son los ciempiés, y a los pobres nadie los menta dada su condición de bichos de poco postín.

Me parece magnífico que al máximo responsable del Poder Judicial le guste viajar en primera. Pero si ese es su deseo, que lo abone de su bolsillo, y lo deje meridianamente claro ante la opinión pública. Aunque seguro estoy de que si se desplazara con el mayor de los lujos con cargo a su peculio, la cosa ya no le resultaría tan apetecible. Como jurista, respeto sobradamente la institución que preside, pero no me parece de recibo que en estos tiempos que corren no tenga la suficiente sensibilidad para reparar en lo desafortunado de sus manifestaciones. La mujer del César no solo debe ser, sino parecer.