Londres, a cero grados. Los nominados, helados en la alfombra roja casi nevada. Los premios Bafta, los Óscar británicos, que se entregaron el domingo, no miraron a España. Ni Bardem, al que le ganó Christopher Waltz por su genial papel en el western de Tarantino, ni Paco Delgado por el vestuario de Los miserables (triunfó Anna Karenina). El segundo tendrá su segunda oportunidad en los Óscar. Pero el duelo fue el mismo que en los Globos de Oro o que en los premios del sindicato de actores: ¿Argo o Lincoln? Contra todo pronóstico iba ganando el pulso Ben Affleck y su Argo a Spielberg y su Lincoln. Y el veredicto de Londres no cambió ese rumbo. Para los ingleses, también el guión sobre Irán es mejor que la historia del presidente famoso por su oratoria. Faltan dos semanas para los Óscar, donde el que gane gozará de las letras grandes de la historia. A Spielberg le queda aplicarse aquello que dijo Lincoln: «Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años». El mejor premio siempre es un espectador emocionado. Para Argo y para Lincoln. Y el mejor actor, cómo no, jugaba en casa, fue para Daniel Day-Lewis.