Acabarán como los gánsteres

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

19 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Si es usted de los que todavía envuelven sus bocadillos en papel de periódico, ande con cuidado, porque los de estos días destilan tal cantidad de podredumbre y veneno que su contacto con los alimentos puede ser letal. Ni siquiera en los estertores del felipismo, cuando la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo se convirtieron en rumbosas pasarelas por las que desfilaban exministros, banqueros, empresarios, el gobernador del Banco de España y hasta el director de la Guardia Civil, fue posible concentrar tal cantidad de corrupción por centímetro cuadrado en las primeras páginas de los periódicos. El atracón de detritus político e institucional que nos amarga ahora el café no tiene precedentes.

Y lamento no ser portador de buenas noticias. Porque si en lo que afecta a la crisis llevan años mintiéndonos con los anuncios de que la economía española ha tocado fondo, y luego comprobamos siempre que seguimos en el abismo, en lo que respecta a la actual orgía de corrupción estamos prácticamente en los albores de lo que se avecina. Y lo que vemos no es más que la punta del iceberg. Tampoco aquí, lamentablemente, se atisban brotes verdes. Llevamos años votando con la nariz tapada para no oler la ponzoña. Pero, una vez abierta la fosa séptica, no va a haber quien detenga el fluir de las aguas negras.

De momento, las filas están muy prietas. En cada partido. En cada institución. Incluso cubriéndose los unos a los otros al margen de siglas políticas y con la razón de Estado siempre como excusa. Pero, como en las películas de gánsteres, a medida que algunos de los corruptos noten cómo aprieta la soga, empezarán a disparar contra los suyos. Y es ahí donde se acabará la omertá y explotará todo. ¿Alguien cree, por ejemplo, que Ana Mato se va a comer sola el marrón de dimitir, cuando toque, sin señalar a los demás? ¿O que cuando Javier Arenas abandone dentro de no mucho la política lo hará sin llevarse por delante a toda su quinta en el PP? Uno y otro están mandando ya recaditos en privado de que no están dispuestos.

En el otro bando, tampoco la actual dirección del PSC se hará el harakiri por su cuota en el sainete del espionaje catalán sin destapar antes las tinieblas de Rubalcaba. Ni permitirá el líder del PSOE que cuando le toque marcharse sea el andaluz Griñán, con su carga de ERE a cuestas, quien tome el mando. Que nadie espere tampoco que Duran i Lleida se vaya sin acabar antes con Artur Mas o que el clan de los Pujol renuncie a su factoría de negocios y comisiones sin hacer hincar la rodilla a los que se hicieron de oro gracias al molt honorable. Tendrán que ver estos ojos cómo no ya Diego Torres, sino el propio Urdangarin se revuelve contra el rey cuando se vea a las puertas del infierno.

El espectáculo va a ser repugnante. Pero, al menos, después de la balacera es posible que no quede un corrupto vivo y que podamos entonces reconstruir la democracia.