Hubo premios para casi todos. Los Óscar fueron como cuando la lotería toca muy repartida. Argo y Ben Affleck confirmaron la cosecha que llevaban y se alzaron con el Óscar a mejor película. Spielberg por quinta vez se quedó sin el galardón a mejor director, aunque tiene dos (Salvar al soldado Ryan y la alucinante La lista de Schindler). El beneficiado fue Ang Lee. Pero, si para alguien era la noche, ese fue sin duda Daniel Day-Lewis, que por Lincoln se convirtió en el primer hombre con tres estatuillas, por delante de Marlon Brando y otros grandes nombres. Ahora solo tiene que superar a Katherine Hepburn y sus cuatro premios. Tarantino volvió a ganar el guion original por su wéstern tan especial. Ya lo había logrado con esa joya que es Pulp fiction. No hubo premio para Paco Delgado. El actor secundario se fue para Christopher Waltz, que repitió gracias a Tarantino por su papel en Django. Todos los candidatos ya tenían el premio. En mujeres, el Óscar principal se fue a Jennifer Lawrence, en un duelo tremendo con Jessica Chastain, que promete mucho. Y el secundario, para Anne Hathaway. Sally Field no pudo conseguir tres nominaciones, tres victorias. Noches de estrellas, en la que no faltó ni Michelle Obama.