Luis Álvarez

OPINIÓN

17 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

E l reciente meteorito caído en Rusia hace recordar que la extinción masiva de los dinosaurios, hace 65 millones de años, fue causada por el impacto de un asteroide. Lo que no se recuerda tanto es que el descubridor de ese hecho fue uno de los físicos más asombrosos del siglo XX: Luis Álvarez (1911-1988), Premio Nobel de Física en 1968 y nieto de un genial médico asturiano que tuvo una pléyade de descendientes talentosos. La gente que lo conoció en vida destaca su creatividad indomable, no es para menos: aparte de su trabajo en física de partículas (por el que ganó el Nobel) consiguió hitos científicos en otras ramas de la física, incluyendo contribuciones en el desarrollo del radar y otras patentes de ámbito tecnológico. Participó en el proyecto creador de la bomba atómica y fue designado para calibrar sus efectos en los lanzamientos sobre Japón. Casi a sus 70 años, observando datos que su hijo (geólogo) había sacado de capas de sedimentos, dedujo la causa de la extinción de los dinosaurios. El cráter se encontró una década después, cerca de México, cuando Álvarez ya había muerto.