El museo de Abba

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

30 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Suecia es más que el tenis genial y glacial de Björn Borg. Que las novelas del inspector Wallander, del escritor Mankell. Que Lisbeth Salander y sus andanzas por la trilogía del superventas Stieg Larsson. Suecia es mucho más que el país ordenador y nevado. Suecia es Abba, el grupo musical a cuyos fans les estiras unas letras y te sale fanáticos como adecuada definición. ¿Quién no ha bailado a Abba? ¿Quién no ha hecho que cantaba a Abba? Así es que, como todo vuelve, ha llegado la resurrección a través del museo que se ha abierto en Estocolmo. Un museo que recorre la historia y los secretos del grupo sueco. Están las figuras de los cuatro cantantes recreadas de forma virtual. Escaparates con los trajes alucinantes que vistieron sus componentes. No falta detalle para atraer a todos los que se saben algún tema de Abba de memoria. Hay pocos grupos cuyos temas aguanten tantos años y que más que canciones sean himnos. Por eso entrar en el museo cuesta 23 euros, seis para menores de ocho años. Los propietarios esperan recibir más de 200.000 visitantes al año. La fama cuesta, pero hay que pagarla. Los setenta en ebullición en un museo que te hace viajar cuarenta años atrás como si ayer fuese mañana.