El único que tiene visión de futuro en este país es el ministro Wert. Por mucho que nos duela. Es el que sabe hacia dónde vamos. ¿Para qué dar becas? ¿Para qué facilitar el acceso a la formación y a la universidad? Si el ingeniero acaba poniendo copas, el abogado de taxista y el periodista vendiendo bombillas.
Hay que ir cerrando, poco a poco, el acceso a las universidades. Sirven para lo que sirven, para entretener a los jóvenes y hacerles creer que el día de mañana podrán trabajar en lo que les gusta. Un soberano engaño. Así que si quitamos las becas, subimos las tasas y el que sea incapaz de tener un 6,5 de nota media lo mandamos a hacer punto de cruz, tenemos solucionado el problema de hoy y también el de mañana.
Para trabajar en Eurovegas, ser acomodador en los JJ.?OO. que pretende Madrid, irse al paro y salir con la mochila al hombro hacia Alemania o Brasil, no es necesario perder años en la universidad. Y eso lo sabe el ministro Wert. Porque conoce como nadie qué futuro de país nos están construyendo. Lo que ocurre es que todos los demás no nos queremos enterar de la España que vamos a dejar en herencia. Una España injusta y sin porvenir. Un país miserable. Lleno de fracasados. Una ruina de país. Eso es lo que quiere Wert.