Algunas moléculas tienen la propiedad de ser ópticamente activas: desvían el plano de la luz polarizada hacia la izquierda (levógiras) o hacia la derecha (dextrógiras). Lo descubrió Pasteur. Pues bien, todos los aminoácidos de todas las proteínas de nuestro cuerpo son levógiros, como todas las proteínas de todas las formas de vida. En consecuencia, la cura de enfermedades requiere la acción de productos bioquímicos levógiros. Las moléculas dextrógiras pueden destruir la biología levógira. Es el caso de la talidomida, que llevaba una mezcla de moléculas dextrógiras y levógiras y causó monstruosas deformaciones en los hijos de las mujeres que tomaron ese fármaco.