Si algo me ha alegrado especialmente en las últimas semanas del año, ha sido el enterarme por los medios de comunicación de que la Agencia Espacial Norteamericana va a enviar a la Luna semillas de tres plantas para estudiar su germinación; entre ellas, y esta es la razón de mi júbilo, un humilde nabo viajará rumbo a ese maravilloso satélite.
Fuentes de la Agencia Espacial han señalado que experimentos anteriores en la Estación Espacial Internacional ya han mostrado que las plantas pueden crecer en ambientes de microgravedad, incluida la de la Luna. La cuestión, ahora, es que la supervivencia en esas condiciones permitirá demostrar que las plantas pueden brotar en el ambiente de radiación de nuestro satélite, la posibilidad de su reproducción sexual o, a más largo plazo, los posibles efectos de la radiación sobre los rasgos genéticos de las plantas.
Vamos a ver. Los científicos de la NASA deberían saber que si envían a la Luna un buen nabo viajarán al espacio exterior futuros grelos y nabizas y, créanme, para ese viaje nada mejor que un nabo gallego. No se necesitan pruebas; si la planta es de Monfero tenemos la garantía de que soportará climas extremos, se reproducirá sexualmente y hasta pasará de las radiaciones. No dejo de imaginarme campos de nabos entre cráter y cráter y, cómo no, futuros cocidos lunares.
Si lo piensan, no sería más que completar el círculo, ya que una planta que constituyó un alimento fundamental en Europa hasta el siglo XVIII pasaría ahora a ser integrante de la dieta del futuro. Qué gran imagen para Galicia, que añadiría al Hay un gallego en la Luna, de Zapato Veloz, la presencia de de un nabo coruñés, a la vez que los futuros viajeros podrían pasar el rato lunar discutiendo si se trata de una nabiza o un grelo, todo un clásico en las conversaciones de la Tierra. LaTrinidad del gallego: nabo, nabiza y grelo.
Como otras veces, me preocupa la reacción de los partidos políticos gallegos ante semejante acontecimiento. Sin duda el BNG y AGE apostarían, con discrepancias, porque el nabo fuera de Monfero, mientras que el Partido Socialista tendría que realizar unas primarias entre sus militantes para decidir la procedencia del nabo. En sentido contrario, el Partido Popular, además de exigir que los astronautas sean bilingües, no dudaría en culpar al bipartito en el caso de que el nabo no germine. Así son las cosas en el nabizal gallego.
Los lectores tienen razón si piensan que, dada la situación, podría haber escrito sobre otro tema de más relevancia, pero ya lo dice el refrán: cada cosa a su tiempo y los nabos en Adviento.