Anova, el Maidán y Viviane Reding

Jaime Miquel
Jaime Miquel TRIBUNA

OPINIÓN

07 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La contienda europea se va aclarando. El PP y el PSOE por arriba sumarán 8 millones de votos sobre 36 millones de electores, aunque 35 eurodiputados sobre 54: el sistema funciona con piloto automático cuando la gente no vota. UPyD puede reunir algo más de 1 millón de votos y 5 eurodiputados, aunque habrá que verlo. Lo mismo que IU/ICV, que opta a 6 actas con 1,4 millones de votos, el 60 % de su posición actual en elecciones generales. Pero tampoco nos lo creemos mucho, porque en el año 2009 consiguieron 588.248 votos, menos de 20.000 en Galicia, con el comunista Willy Meyer de cabeza de lista. Anova consumó su enésimo error regalando ahora su conquista electoral a los comunistas españoles: se presentan Ada Colau o el juez Elpidio Silva, que es una opción más friki, pero también da el perfil, y se llevan esos votos. Aunque tampoco hace falta si el BNG juega bien sus cartas. El elector de Anova quiere establecer un orden nuevo, donde la vieja izquierda del siglo XX es un lado del sistema y esto incluye al PCE de Cayo Lara, una cosa es el votante y otra el militante o el simpatizante activo. Los electores que llegaron del PSdeG tenderán a quedarse en casa y los procedentes del BNG no dudarán en votar a la lista de EH-Bildu si es la del Bloque. Anova asegura el botín, porque ha vendido el espacio de la ruptura por un plato de lentejas, pero saldrán despeinados en la foto de familia: las elecciones europeas también se miden en resultados en casa y ahí el BNG les pondrá las cosas claras si acierta sumando con los nacionalistas vascos.

El puesto de Anova en la lista de IU será el quinto, que es un puesto de salida para quien pinta poco, son dos por detrás de ICV, el partido de diseño barcelonés que también es verde y soberanista, aunque quizá no, porque defienden el Estado federal, el confederado y lo contrario; hace cremallera de nomenclaturas con EUiA para asegurar concejales, vieja política y pura cuota. El cuatro debía estar reservado para Pablo Iglesias, pero Podemos no puede porque les sucedió lo mismo que a Artur Mas: decirle a la gente que hay que votar a IU es como decirle a la escueta mayoría nacionalista de Cataluña que lo de la independencia era una broma. Pablo Iglesias tampoco se ha enterado de que esto no es cosa de listos, la vanguardia es ciudadana y la cosa viene desde abajo. Lo comentamos en estas páginas, Podemos podía ser la marca del sistema nacida para dividir la ruptura o para llevarle los votos a IU, pero se les ha ido de las manos porque no entienden lo que está sucediendo, tú les dices que a por ellos y la gente te toma la palabra. Es así porque ya hemos llegado al lugar donde empieza el caos. Un ejemplo es lo que sucederá en Canarias por el asunto del petróleo como no hagan caso a las personas si deciden votar en un referendo no vinculante. Los fenómenos ya son globales y el Maidán nos dice que no se podrá gobernar como acostumbra el español, que no pierde el tiempo negociando lo que puede resolver a tortazos. La UE de Viviane Reding agrega que menos problemas y más soluciones.