Uno de los mayores genios en el campo de la electricidad y el magnetismo fue el croata Nikola Tesla (1856-1943), un adelantado a su tiempo, creador de muchos de los avances que nos son cotidianos (por ejemplo, el actual sistema de corriente eléctrica). En 1901 empezó a dar forma a una de sus ideas más extravagantes: construir una torre para transmitir energía eléctrica a distancia, ¡sin usar cables! Él consideraba a la Tierra como una bola capaz de conducir corriente y, de ser así, si en su superficie se coloca un gran cable que es cargado y descargado eléctricamente con una determinada frecuencia, el estado eléctrico de todo el planeta se sincroniza con ese latido de corriente y baila con él. Como resultado, si uno coloca receptores en lugares concretos, se podría chupar la energía eléctrica asociada a ese latido. El proyecto no se pudo llevar a cabo y se abandonó en 1911, pero ahora dos físicos rusos se han propuesto rescatarlo. Imagínense lo que sería poner uno de esos sistemas en el desierto del Sáhara, alimentado por paneles solares, para transmitir energía eléctrica a todo el mundo.