Turquía y el apoyo a los yihadistas

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

23 sep 2014 . Actualizado a las 04:00 h.

Nadie podía creerse que los servicios de inteligencia turcos fueran capaces de liberar, sin más, a los 49 secuestrados de la delegación diplomática en Mosul. Inteligencia y drones, una poderosa combinación sobre el papel, pero una explicación sin la más mínima credibilidad sobre un vasto terreno sin ley en manos de los yihadistas. Al final Erdogan ha admitido que ha negociado con el Ejército Islámico de Irak y Levante y no desmiente que haya habido un canje de prisioneros.

Es conocida la excelente relación que Erdogan mantiene con los yihadistas. Ya se sabe, el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Pero ¿qué pueden tener en común los yihadistas y Erdogan? En primer lugar comparten fe: ambos son musulmanes suníes. En segundo lugar, ambos odian a Bashar al Asad y a su régimen. Erdogan porque tanto este como su padre han perseguido con saña a los Hermanos Musulmanes, una organización que ha apoyado sin cortapisas al turco y, los segundos, porque no pueden soportar un régimen laico en Oriente Próximo.

Erdogan ha financiado, entrenado, equipado y franqueado el paso de los yihadistas desde el inicio de la guerra civil en Siria hasta hace poco tiempo, cuando Estados Unidos ha exigido que cesara en estas actividades.

Además de interferir en los asuntos internos sirios, ha facilitado el acorralamiento de los kurdos, la única resistencia antiyihadista en el norte de Siria, de tal suerte que en los últimos días casi 100.000 han tenido que huir hacia Turquía. Las manos de Erdogan están manchadas con la sangre de decenas de miles de yazidíes, cristianos y kurdos muertos. Y la masacre continúa. ¿Hasta cuándo?