Rusia y China

Gonzalo Parente VENTANA AL MUNDO

OPINIÓN

18 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Aprovechando que Occidente está distraído con la guerra de la yihad en Oriente Medio, las dos potencias del continente asiático se dedican a reforzar sus lazos de amistad y cooperación en materias económica y militar. Así, el presidente de China acaba de realizar una visita a Moscú en devolución de la que Putin hizo a Pekín en marzo. No cabe duda de que es un momento estratégico para ambos mandatarios. Putin está pasando por una mala situación, debido a las sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania, que están haciendo mella en su economía. El Kremlin necesita dinero. A pesar de que la euforia de la venta del gas y el petróleo ruso le sirvieron a Putin para darse unas alegrías estratégicas, ahora las sanciones comienzan a hacer sus efectos negativos en la economía rusa y surgen los disidentes.

Esta situación es aprovechada por China para situar sus finanzas en Moscú y demostrar que por algo ha sido declarada como la primera potencia económica mundial. A cambio de dinero, Rusia se compromete a suministrar el gas, tan necesario para las industrias chinas, así como las tecnologías militares de la potente industria rusa. Se forma así un eje estratégico de notable importancia para el nuevo orden mundial. China y Rusia, además de mantener esta relación bilateral, están también unidas por formar parte ambos del grupo emergente de los BRICS, que tienen peso en todo el mundo. Por eso, frente al posible repliegue de EE.UU., la alianza Rusia- China adquiere un valor estratégico muy alto.